Comprar una propiedad no es tarea fácil: en la búsqueda de una vivienda disponible es común encontrarse con unas cuantas personas que están en la misma por lo que la visita a tal o cual departamento o casa se vuelve una carrera contra el tiempo.

En esta instancia, muchos se emocionan ante el hallazgo – implica también el fin del vía crusis que significa visitar uno, tres, diez departamentos – y se prestan a dejar una “reserva” para que la inmobiliaria no le ofrezca el inmueble en cuestión a nadie más. Esta práctica, cada vez más común entre las inmobiliarias de la ciudad, es desaconsejada por el presidente de la Cámara de Inmobiliarias de Rosario, Alejandro Juri, quien alertó que este tipo de operación no es de ida y vuelta ya que no compromete en lo más mínimo a la inmobiliaria a resarcir al comprador en caso de no concretarse la operación inmobiliaria. Así, se corre el riesgo de que se siga ofreciendo el inmueble y que en caso de que haya una oferta mejor se deshaga la operación original sin perjuicio alguno para el vendedor. 

Juri, en diálogo con Radio 2, separó aguas: “La reserva compromete sólo a la oferta, es decir al que deja el dinero y no es una seña. El desconocimiento de esta diferencia trae muchos problemas porque algunas inmobiliarias trabajan con las reservas y no está mal”, empezó.

“La seña, en cambio, es un contrato que una vez firmado compromete al propietario a que en caso de vender la propiedad a otra persona le debe devolver el monto duplicado del monto comprometido”, precisó. “Este tipo de contrato permite el arrepentimiento de las dos partes en cambio, la reserva no”, aclaró.

Consultado al respecto, el coordinador del Consejo Asesor para la Defensa de la Vivienda Única del Concejo Municipal, Ariel D´Orazio, hizo hincapié en la necesidad de pedir recibos de parte de la inmobiliaria cuando se deja una seña. “Esto permite dejar constancia de que se entregó el dinero y por supuesto, de que sea devuelto en caso de no celebrarse el contrato”