El nuevo modelo, que se suma a su línea de tabletas Kindle Fire, será un equipo muy básico dirigido a un público de ingresos medios que no busque grandes prestaciones en dispositivos móviles. A su vez se espera que pueda ser bien recibida por el sector de padres que buscan iniciar a sus hijos en el mundo tecnológico a temprana edad.
Por el bajo precio—la mayoría de los productos Amazon de este estilo cuestan el doble—se cree que la nueva tableta estará lejos de la calidad de pantalla o duración de batería que presentan otros modelos de la compañía.
Hoy Amazon es mucho más que un gigante global de la venta de productos. Sus inversiones de capital han expandido sus negocios a sectores tan diversos como los medios de comunicación y el hardware. Esta política de crecimiento es la que explica su desembarcó en el mercado de tabletas en 2011. Aquella fue su segunda gran incursión en el mundo del hardware tras el Kindle, su conocido lector de eboks y formatos de texto electrónicos.
Con esta tableta económica la compañía estaría dando otro paso más en su búsqueda por desarrollar un ecosistema alrededor de su oferta de contenidos digitales.
El objetivo de Jeff Bezos, consejero delegado de la compañía, no pasa por la venta de hardware—de ahí los precios bajos de las tabletas—sino por crear productos óptimizados que permitan adquirir contenido y productos en Amazon. Allí reside el verdadero negocio del nuevo dispositivo móvil.
