El perro no sólo es el mejor amigo del hombre sino el compañero más fiel. Al menos así lo demuestra la historia de Capitán, un can que acompaña a su amo hasta en la tumba del cementerio de Carlos Paz, en Córdoba.

Capitán es un perro mestizo: mezcla de ovejero alemán y de perro cualunque. Desde hace seis años vive en el cementerio de Carlos Paz donde descansan los restos de su dueño.

Según contó al programa A Diario (Radio 2) Héctor Baccega, director del Cementerio municipal de Villa Carlos Paz, todo comenzó cuando murió su dueño. "El hombre estaba internado por problemas de salud y falleció. Primero fue trasladado a la sala velatoria y luego al cementerio", contó Baccega. La mascota, que parecía estar ajena a la situación, olfateó cada lugar en busca de su dueño, notó la ausencia y un día se fue de la casa.

Lo buscaron pero no pudieron dar con él. Hasta que la viuda, que no sentía mucha simpatía por el perro, fue al cementerio y lo encontró al lado de la tumba de su marido. "El perro se les acercó ladrando, como si llorara”, contó Baccega.

Pero al regresar, Capitán no los siguió, aunque lo llamaban. "Se quedó en el cementerio, con Miguel, su dueño".

Lo que sorprende a quienes conocen la historia es que Miguel murió en el hospital de Carlos Paz y su cuerpo fue trasladado desde allí a una casa velatoria, muy lejos de su vivienda. Según el relato de la familia, ni ese día ni ningún otro el perro los siguió hasta el cementerio. “El perro apareció acá solo y dio vueltas por todo el cementerio, hasta que llegó también solo a la tumba de su dueño. No lo llevó nadie hasta ahí. Y eso no es todo: cada día, a las seis de la tarde, va y se acuesta frente a esa tumba”, concluyó el director del cementerio.

Una historia similar se vivió en 2010 en Rosario con Coly un perro que se había quedado en la tumba de su dueño en el cementerio La Piedad.

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Héctor Baccega (Radio 2)