No, no ólo de transporte se habló este jueves en el Concejo Municipal. Es que entre los otros temas que se aprobaron en el Palacio Vasallo está el plan urbanístico especial para barrio Pichincha –una experiencia inédita para la ciudad–, que fija los usos de los terrenos, alturas máximas y otras exigencias de edificación en el barrio.

Según explicó al programa Tempranísimo, que se emite por Radio 2, la secretaria de Planeamiento municipal, Mirta Levin, se trata de "una ordenanza novedosa" que, entre otras cuestiones, "regula y ordena" las alturas de las construcciones.

"Esta es un área de 70 manzanas en las que se podía construir en todos lados edificios de 15 pisos. Esto generaba una situación comprometida desde el punto de vista visual y ambiental", dijo la funcionaria. Lo que se hace con este proyecto es ordenar "altura por corredores, ejes áreas. Se definen áreas de preservación histórica, manzanas donde se tratzará una política de preservación de inmuevles de valor patrimonial".

En este sentido, desde la Municipalidad se brindarán facilidades para la conservación e incluso para la rehabilitación de inmuebles históricos, los cuales, de acuerdo a lo aprobado en el presupuesto participativo, serán señalizados.

Además, sobre avenida del Valle se tendrán que dejar espacios libres entre edificios y edificios, para evitar el paredón, la mole de cemento.

Levín contó que otra novedad que introduce la ordenanza es –a partir de las posibilidades que da el barrio, donde hay terrenos de grandes dimensiones– la posibilidad de desarrollar proyectos de vivienda con patios o jardines compartidos en centros de manzana.

El conflicto que no resuelve este plan es el de los boliches, ya que, según dijo Levin, la radicación de este tipo de locales en la zona se seguirá regulando por la misma ordenanza que rige para toda la ciudad.

Sin embargo, la funcionaria cree que las nuevas reglas desalentarán estos emprendimientos ya que se alientan proyectos de otro tipo.