La banda que realizó más de cien secuestros virtuales y que fue desbaratada este lunes por la Justicia y la policía con la detención de 17 personas se aprovechaba del poco control de las compañías telefónicas para cambiar en forma permanente el número de celular y entorpecer cualquier rastreo. Les secuestraron 56 teléfonos móviles.

El fiscal Nicolás Foppiani, al frente de la investigación, explicó que lo que hacían es comprar chips prepagos, aprovechando “deficiencias de las empresas de celular que se los dan a cualquiera sin verificar identidad”, y además cambiaban las tarjetas de celular a celular, lo que dificultaba rastrear las llamadas.

El funcionario judicial explicó que las personas que hacían los llamados tomaban la guía telefónica y apuntaban en la mayoría de los casos nombres de pila que pudieran ser de mujeres mayores. Y que llegaban a realizar hasta 200 llamados en una misma noche.

Buscaban personas que vivieran en cortadas, por la menor circulación de personas que hay en ellas.

Cuando conseguían entablar una comunicación montaban una “puesta en escena de falso secuestro”: en ninguno de los casos hubo un hecho de esta naturaleza que fuera real.

“Extorsionaban obligando a la víctima a dirigirse a determinado lugar –como un contenedor o un árbol– con dinero en una bolsa blanca o negra. Indicaban con precisión cómo y dónde dejar el dinero, y a la par les avisaban a integrantes de la banda que estaban en al calle para que fueran al lugar y tomaran el botín”, agregó.