Un niño grita en medio de la góndola del supermercado. Se tira de panza al suelo y se retuerce. Tiene no más de dos años y llora con lágrimas como si se acabara el mundo. La madre lo mira agarrada del changuito con desconcierto, una pizca de furia en los ojos, pero también con ganas de llorar. La gente pasa y comenta: "Eso a mí no me lo hacen", "Yo le pego", "Qué estúpida, le está tomando el punto".

¿Cómo frenar un episodio de ese tipo? ¿Castigarlo? ¿Cruzar los brazos hasta que se le pase? ¿Consultar a especialistas en crianza para ver qué recomiendan?

La Asociación Americana de Psiquiatría de los Estados Unidos hoy está en la mira de muchos psicólogos, pediatras y profesionales atentos a la educación de niñas y niños. Es que en los últimos años desde esa entidad colocaron un rótulo al berrinche, que quedó catalogado en su manual DSM-5 como un "potencial trastorno mental de la infancia" cuando la irritabilidad es persistente y los estallidos de comportamiento se repiten tres o más veces a la semana durante más de un año.

El nombre científico del berrinche es a partir de eso: "trastorno de desregulación disruptiva del humor", una definición que habilitaría la cobertura de su tratamiento por parte de obras sociales y prepagas.

El hecho despertó polémica y son muchos los especialistas que ven detrás de este enfoque un negociado de importantes laboratorios para vender alguna medicación.

Aunque los berrinches, caprichos y empaques de los niños son situaciones comunes entre los 2 y los 4 años, las madres y padres no saben qué hacer al momento de toparse con ellos.

Quienes se ponen de la vereda de enfrente de los modelos de medicalización proponen "no perder el control, recobrar el estado emocional para que el niño acepte o comprenda por qué es necesario hacer o dejar de hacer tal o cual cosa y sobre todo ver qué está queriendo decir el niño detrás de ese episodio". "No dejarlo solo, llorando encerrado en el cuarto, ni darle una ducha fría. Sino abrazarlo, contenerlo y distraer la atención", algunos de los consejos.

Una campaña chilena da algunos consejos para manejar respetuosamente la situación: