"No vuelvo con resentimiento". Con esa frase resumió el nefrólogo, Osvaldo Rodenas, su regreso a la unidad de diálisis del hospital Centenario. En contacto con el programa Radiópolis de Radio 2, el profesional que fue cuestionado y separado de su cargo hace nueve años manifestó que, entre otras cosas, "vuelve a su lugar de trabajo para aclarar la situación ante sus hijos y su mujer que fueron los que acompañaron en todo este tiempo".

El médico fue separado de su puesto como jefe en el servicio de Nefrología, Diálisis y Transplantes del Centenario en 2003 en medio de un brote de hepatitis B que causó la muerte de nueve pacientes y otros siete se infectaron.

Según trascendió, cuando aparecieron los primeros casos se constató que se trataba de "una variedad agresiva de la hepatitis B, que se contagia a través de la sangre o relaciones sexuales, por lo que las autoridades del hospital aludieron a una posible falla humana para explicar los contagios"

A esa situación se sumó este mismo año, el inicio de una investigación administrativa contra el servicio de diálisis por un exceso de gastos y el médico fue acusado de una supuesta compra de insumos sobrevaluados y en cantidades mayores a las requeridas. La causa la tomó un juzgado de instrucción pero el profesional salió absuelto.

"Por una resolución de Fiscalía de Estado se me absolvió de todos los cargos, se comprobó mi inocencia", resaltó el médico en declaraciones a Radio 2.

Estos años el médico se dedicó a trabajar en el hospital Eva Perón, en el postgrado de clínica médica como asesor de Nefrología. "En estos nueve 9 años lo que hice fue tabajar y someterme a todo lo que me pidieron
para culminar esto en mayo del año pasado", sostuvo.

En tanto, se mostró satisfecho de regresar a su lugar de trabajo. "La sala de trasnplantes del hospital Centenario fue mi gestión. Es mucho más lo que yo hice que lo que me dicen que deje de hacer. Volví a mi lugar, no volví al lugar de nadie, es el lugar que me gané y pretendo que me reivindiquen", concluyó.