No es descabellado imaginarse a Ariel Cuffaro Russo pergeñando, delante de un pizarrón y fibrón en mano, la mejor estrategia para vulnerar a un Newell´s que, como dijo su arquero Peratta, juega bien y gana y juega mal y... también gana. Los tres puntos que se pondrán en juego en el Coloso serán el botín que irá a buscar el entrenador de Central, para golpear las ilusiones rojinegras y saltar en la tabla de promedios.

Si bien este viernes no hubo ningún movimiento que permitiera descifrar qué formación planea mandar a la cancha, lo más factible es que los once sean los mismos del último partido. Según lo declarado por el técnico, este sábado confirmará todo y la Academia alistará a Broun; Chitzoff, Burdisso, Braghieri, Ambrosi; Jonatan Gómez, Méndez, Paglialunga, Gervasio Núñez; Zelaya, Castillejos.

Ahora bien, ¿cómo piensa ganarle Cuffaro a uno de los dos líderes del Apertura? Por lo que pudo apreciarse en los últimos entrenamientos, sacando rédito de sus mejores cartas ofensivas y anulando las leprosas. En la fase de ataque, esto significa que tendrán un rol preponderante los delanteros Zelaya y Castillejos y Jonatan Gómez, el volante más ofensivo, que arrancaría por la derecha pero podría correrse al medio para herir desde allí, algo que ya hizo en los últimos dos encuentros.

Abajo, será fundamental el cuidado que la dupla Burdisso-Braghieri le preste a Boghossián, tanto como el que los dos laterales deberán prestarle a Achucarro o los que lleguen por afuera, para evitar que el uruguayo sea bien abastecido. Para no sufrir, cree Cuffaro, lo principal es que Méndez y Paglialunga le saquen el balón a Bernardi y Barrientos. Allí, quizás, la clave del duelo.

En el campamento canalla hay tanta ansiedad como confianza. La concentración se inició este viernes por la noche y de la misma participan, además de los 11 titulares, Galíndez, Bogino, Valentini, Danelón, Astudillo, Zárate, Moya, De León y Gurrieri, quienes pugnarán por un lugar en el banco de suplentes. Todos, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes (lógico, también los hinchas) sueñan con un triunfo. No sólo para aguarle la fiesta a los primos: también para tomar impulso y lograr el objetivo de los 30 puntos.