No tienen veneno en la piel, pero están vestidos de plástico fino. Son los "rubber dollers", hombres que cubren su cuerpo de látex hasta alcanzar la apariencia de una muñeca de goma.
Para ello, se valen de máscaras con sonrisas postizas, cuerpos de plástico, falsos pechos voluminosos y pelucas.
El gremio de los también conocidos como “maskers” (derivado de “máscara”, en inglés) no tienen una edad promedio, como así tampoco gustos o condiciones sexuales, según revela revela un documental del canal británico Channel 4, que recupera el Daily Mail.
"Es como la extensión de otra persona dentro de mí que solo quiere salir y divertirse", asegura Joel, un joven cuya novia acepta que se transforme en “Jessie” de vez en cuando.
"No son frikis o gente que está loca, son como nosotros”, asegura Barbie Ramos, dueño de Femskin, una compañía que confecciona los trajes de silicona de cuerpo entero cuyo valor de mercado asciende a los 850 dólares.


