No es tan común pero ocurre, como pasó el fin de semana cuando un joven murió en Tres Arroyos atragantado por un pedazo de asado: la comida puede obstruir, si no está bien cortada y masticada,las vías respirartorias. Y si la obstrucción es total sólo una reacción inmediata de las personas que rodean al afectado o afectada le puede salvar la vida.

Cristian Bottari, subdirector del Sies, médico especialista en Emergencias, explicó que en casos como el del muchacho de Tres Arroyos –estaba en un asado familiar, se levantó a tomar agua, se desvaneció, murió, y luego se verificó que tenía las vías respiratorias obstruidas por un pedazo de carne–, no importa si la persona afectada es más o menos joven o más o menos sana. Y que hay que actuar muy rápido.

“Se produce una obstrucción total del flujo de aire y la persona no puede respirar más. Eso hace que empiece a llegar menos oxígeno al cerebro. En dos minutos empieza daño cerebral y a los tres minutos es casi irerversible”, dijo en diálogo con el programa A diario, de Radio 2.

Y advirtió además que esto puede ocurrir con los chicos y no sólo con comida. “Bolitas, tapitas, juguetes y cualquier cosa que se lleven a la boca puede producir una obstrucción del flujo de aire”, explicó. En los adultos, agregó, ingerir “trozos muy grandes y una masticación no correcta predisponen a que se produzcan estos episodios”.

En cuanto a qué hacer si alguien que está cerca sufre una obstrucción, dijo que si una persona se ahoga y tose, ese es un síntoma de que está funcionando un mecanismo de defensa. Para esos casos, recomendó no palmear la espalda del afectado como se suele hacer “porque eso puede hacer bajar el cuerpo extraño y que se produzca una obstrucción completa”.

Y explicó que cuando hay obstrucción completa la persona “no va a poder hablar, no va a poder toser y no va a poder respirar”.

Un “signo universal” es que el afectado se lleve las dos maños al cuello. Pero que además la obstrucción total se nota en “la desesperación en la cara”.

“Lo que nosotros inculcamos es que lo ayude sólo quien esté al lado”, dijo. Y advirtió: “Esto no da tiempo a la llegada del servicio de emergencias”.

El profesional recomendó hacer, en esos casos, una maniobra que describió como “muy efectiva”: “Lo que tenemos que hacer es rodear al paciente, abrazarlo por detrás, cerrar el puño de una mano, ubicarlo entre el ombligo y la caja toráxica y con la otra mano hacer una compresión hacia nosotros y hacia arriba. La idea es aumentar la presión toráxica, estimular la tos y que el cuerpo extraño pueda ser despedido”, argumentó.