Llegan las vacaciones y el hábito de compartir imágenes, lugares de estadía, y los momentos en que empiezan y terminan los eventuales viajes puede significar un riesgo para las identidades y los datos privados.
Según un estudio difundido por la empresa de seguridad informática F-Secure, el 52 por ciento de los argentinos está preocupado por la seguridad y privacidad de su información y un 67 por ciento valora más la información almacenada en sus dispositivos que el propio equipo, señala Télam.
Estos datos deberían sugerir que la misma mayoría hace una copia de los datos (fotos, contactos, documentos) que tiene en el disco rígido o en la memoria del equipo antes de partir de viaje, sin embargo es un hábito poco probado aún entre los "heavy users" (fanáticos) de la tecnología.
Por ello, la primera recomendación antes de guardar en la mochila los teléfonos, tabletas, cámaras, notebooks o el dispositivo móvil que se elija para las vacaciones, se recomienda hacer el backup.
Además, en caso de mantener información personal en los dispositivos, se recomienda la implementación de alguna de las aplicaciones de bloqueo y localización, para evitar que un robo del equipo ponga en manos ajenas los datos almacenados.
En términos generales diferentes compañías coinciden en la importancia de utilizar redes seguras ya sea para mandar un mail o compartir un rato en las redes sociales.
Aeropuertos, bares, plazas tienen coberturas de redes wi-fi para acceder a internet, pero se trata de redes públicas, lo que significa que personas desconocidas también la están utilizando y entre ellos puede hallarse alguien que introduzca un código malicioso para espiar a los otros usuarios.
"Quizás se puede creer que la privacidad está garantizada porque se está usando el dispositivo personal, pero esto es incorrecto", agrega el experto en seguridad, Sean Sullivan.
Por esto, se recomienda no utilizar ningún programa o aplicación que contenga información confidencial e incluso se promueve el uso durante las vacaciones de cuentas nuevas para evitar que extraños detecten información privada como contraseñas o cuentas bancarias.
Lo mismo se aplica cuando se utilizan computadoras públicas, ya sea en un locutorio o un en cyber cafe.