A casi 48 horas del terremoto que sacudió México y se cobró más de 200 vidas, eescatistas, bomberos, policías y civiles trabajaban todavía en las zonas más afectadas con la esperanza de hallar sobrevivientes bajo los escombros. Los esfuerzos más vehementes eran en una escuela primaria y secundaria del sur de la Ciudad de México, que se derrumbó parcialmente y se transformó en el símbolo de la tragedia. En total murieron 21 chicos y cuatro adultos. De acuerdo a la legislación mexicana, después de 72 horas se considera imposible que una persona sea rescatada.

Así, las personas atrapadas bajo los escombros juegan con el tiempo en contra, pues el aguante del cuerpo humano en situaciones extremas es de 72 horas, según expertos consultados por EFE, y los equipos de rescate siguen desbordados.

“La norma oficial mexicana considera que, después de 72 horas, no es posible que una persona sea rescatada”, explicó Manuel Bárcenas, uno de los médicos que trabaja en los operativos en la colonia Linda Vista de Ciudad de México al cronista de EFE Zoilo Carrillo.

En tanto, de acuerdo a lo publicado por La Nación, en la angustia y desesperación de la espera muchos mexicanos se organizaron brigadas de voluntarios para recolectar donaciones: maquinaria para remover los grandes pedazos de cemento y medicamentos que van desde analgésicos hasta morfina y oxígeno.

Además, varios estadios de la primera división del fútbol mexicano se transformaron en centros de acopio para ayudar a los damnificados por el sismo. Monterrey, Pumas, Veracruz, León y Pachuca anunciaron que sus inmuebles serán utilizados para recolectar alimentos, ropa y medicina para los damnificados.

Hasta ahora el sismo del martes de magnitud 7,1, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés), dejó por lo menos 100 víctimas en la Ciudad de México, 69 en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 13 en el estado de México, cuatro en Guerrero y una en Oaxaca. En honor a las víctimas, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, decretó tres días de duelo.