Los swingers quieren ser reconocidos por la ley. Aunque se trate de una práctica sexual -intercambio de parejas- que muchos ni siquieran imaginan como posible, quienes gozan de esta forma de contacto, desean conformarse como una personería jurídica que les otorgue la posibilidasd, por ejemplo, de ingresar a los hoteles alojamientos de a cuatro.
En contacto con el programa A Diario (Radio 2), el presidente de la Asociación Argentina de Swingers, Daniel Bracamonte, quien estimó en cien mil al número de parejas que en Argentina comparten encuentros sexuales, señaló: “Buscamos personería jurídica, un reconocimiento institucional por medio de un ley que, por ejemplo, permita que más de una pareja pueda entrar a una habitación en los albergues transitorios”.
La asociación persigue desde 2002 el otorgamiento de un marco legal pero la Inspección General de Justicia, organismo encargado de conceder personalidad jurídica, rechazó el expediente por considerar que las actividades de la asociación "violan la moral y las buenas costumbres". Es por eso que la agrupación swinger, se decidió recurri a la Corte Suprema y otro del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).
El líder de los "swingers" argentinos, de 53 años, aseguró que practica esa modalidad sexual desde hace dos décadas junto con su esposa, con la que tiene hijos de 27 y 30 años.
De acuerdo a lo que manifestó: “la palabra intercambio no la usamos porque suena a negocio. En realidad, eso no existe”. En cambio, “se trata de una pareja que ha podido sincer sus fantasías sexuales y de común acuerdo se largan a vivir nuevas experiencias, lo hacen de frente, reconociendo que tienen deseos con otro, lo cual no anula el amor”.
Para Brancamonte, no existe “la exclusividad sexual” pero reconoció los valores del casamiento y la familia: “Creemos en el amor de a dos y criamos nuestros hijos pero el swinger blanquea la infidelidad, no hay posibilidad de mentir. Por el contrario, liberamos nuestra sexualidad juntos”.
En contacto con el programa A Diario (Radio 2), el presidente de la Asociación Argentina de Swingers, Daniel Bracamonte, quien estimó en cien mil al número de parejas que en Argentina comparten encuentros sexuales, señaló: “Buscamos personería jurídica, un reconocimiento institucional por medio de un ley que, por ejemplo, permita que más de una pareja pueda entrar a una habitación en los albergues transitorios”.
La asociación persigue desde 2002 el otorgamiento de un marco legal pero la Inspección General de Justicia, organismo encargado de conceder personalidad jurídica, rechazó el expediente por considerar que las actividades de la asociación "violan la moral y las buenas costumbres". Es por eso que la agrupación swinger, se decidió recurri a la Corte Suprema y otro del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).
El líder de los "swingers" argentinos, de 53 años, aseguró que practica esa modalidad sexual desde hace dos décadas junto con su esposa, con la que tiene hijos de 27 y 30 años.
De acuerdo a lo que manifestó: “la palabra intercambio no la usamos porque suena a negocio. En realidad, eso no existe”. En cambio, “se trata de una pareja que ha podido sincer sus fantasías sexuales y de común acuerdo se largan a vivir nuevas experiencias, lo hacen de frente, reconociendo que tienen deseos con otro, lo cual no anula el amor”.
Para Brancamonte, no existe “la exclusividad sexual” pero reconoció los valores del casamiento y la familia: “Creemos en el amor de a dos y criamos nuestros hijos pero el swinger blanquea la infidelidad, no hay posibilidad de mentir. Por el contrario, liberamos nuestra sexualidad juntos”.


