El líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, prometió a China que su país no hará un nuevo ensayo nuclear y mostró su apertura al diálogo con Estados Unidos si Washington retira sus sanciones financieras, dijeron fuentes diplomáticas.

Según dijeron fuentes diplomáticas a la agencia surcoreana Yonhap en Pekín, Kim dio ese compromiso durante su reunión con el enviado especial y consejero de Estado para Asuntos Internacionales de China, Tang Jiaxuan, quien visitó Corea del Norte el miércoles y el jueves.

En las mismas conversaciones, Kim Jong-il mostró su disposición a un diálogo multilateral o bilateral con Estados Unidos sobre su programa nuclear, siempre y cuando Washington retire antes las sanciones financieras impuestas hace un año al régimen de Pyongyang.

Kim Jong-il aseguró a la delegación china que Corea del Norte "está dispuesta a ceder, si Estados Unidos hace lo mismo" y, en ese caso, se podría llegar a un acuerdo, tanto en una reunión bilateral, como en el contexto de las negociaciones multipartitas sobre el programa nuclear norcoreano.

La exigencia norcoreana es que Estados Unidos retire las sanciones impuestas en septiembre y octubre de 2005 a un banco de Macao y varias instituciones financieras norcoreanas por su implicación aparente en lavado de dinero procedente del narcotráfico y falsificación de dólares para comprar componentes armamentísticos.

Esta es la primera vez desde que Corea del Norte realizó su ensayo nuclear el pasado 9 de octubre, que el régimen norcoreano afirma su disposición para negociar con Washington en el marco de las conversaciones entre las dos Coreas, Estados Unidos, China, Japón y Rusia sobre el programa atómico de Pyongyang.

El diálogo multipartito se haya estancado desde hace casi un año por el boicot que declaró Corea del Norte cuando la Casa Blanca impuso esas sanciones financieras.

En las conversaciones con Tang, el líder norcoreano también habría expresado su contrición por el malestar que el ensayo nuclear de Corea del Norte causó entre los dirigentes chinos, que con insistencia habían demandado a Pyongyang que no realizara esa prueba atómica.

"Afortunadamente, mi visita esta vez no ha sido en vano", dijo Tang a la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en Pekín.

Precisamente, la primera reacción de Estados Unidos a esta aparente oferta de diálogo de Corea del Norte la dio Rice, quien llegó a la capital china en su tercera escala, tras Seúl y Tokio, de una gira que también la llevará a Moscú.

"Corea del Norte puede llamarnos cuando lo desee", dijo Rice, pero dejó claro que la iniciativa no ha de partir de Washington, sino de Pyongyang, que ha de renunciar a cualquier tipo de condición para volver al diálogo.

Rice explicó que Estados Unidos se opone a unas conversaciones directas con Corea del Norte antes de que este país acepte retornar a las negociaciones a seis bandas.

Añadió que Washington no tiene intención ninguna de enviar en estos momentos un emisario especial a Corea del Norte.

La gira asiática de Rice pretendía recabar el compromiso de estos países para la aplicación con firmeza de las sanciones impuestas a Corea del Norte por el Consejo de Seguridad de la ONU.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado sábado una resolución de condena a Corea del Norte, en la que se imponía una serie de sanciones ratificadas por unanimidad por los 15 miembros de ese organismo.

China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y último valedor internacional de Corea del Norte, apoyó también esas sanciones y la resolución que las contenía, y manifestó su rotunda oposición a una nueva prueba nuclear por parte de Pyongyang.

Según explicó el subsecretario de Estado norteamericano, Richard Burns, citado por Yonhap, la reacción de China en esta crisis se ha diferenciado de otras ocasiones en las que era más reacia a las críticas a Corea del Norte, por ejemplo, cuando Pyongyang lanzó siete misiles balísticos de prueba el 5 de julio.

Uno de los síntomas claves de este cambio, aparte de su votación en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor de esas sanciones, ha sido, según Burns, el despacho de Tang a Pyongyang, al parecer relacionado con los insistentes rumores que llegaban de Corea del Norte sobre una nueva prueba nuclear.

En este sentido, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Liu Jianchao, señaló que Tang y Kim tuvieron "profundas discusiones" sobre la crisis nuclear.

"Confiamos que los esfuerzos diplomáticos de China den su fruto", dijo Liu.

El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Tom Casey, también tuvo palabras de halago a la labor clave que ha podido desempeñar Tang en Pyongyang.

"Entendemos que ha llevado un mensaje de firmeza del Gobierno chino sobre la necesidad de que los norcoreanos no realicen nuevos ensayos nucleares", afirmó a la prensa.