Distintos grupos buscan, desde la detención de Diego "Panadero" Ochoa, hacerse cargo de la conducción de la barrabrava de Newell's, un lugar de poder desde el cual se pueden manejar muchos negocios, entre ellos, algunos vinculados al narcotráfico, el manejo de entradas, la representación de jugadores y el dinero que recaudan los cuidacoches que trabajan en inmediaciones al Coloso. Ante el cambio de comisión directiva, hubo una exposición de mayor violencia entre, por lo menos, cuatro o cinco facciones con dos crímenes resonantes.

En la tarde-noche del martes, 27 hinchas fueron detenidos en inmediaciones al Coloso. Sólo cuatro de ellos portaban armas de fuego. Lo que sucedió fue menos de lo que podía llegar a suceder, ya que una banda de personas de gran influencia sobre una facción de la barra fueron a comprar entradas para el choque entre Newell's y Puerto San Martín por la Copa Santa Fe y fueron "custodiados" por hombres armados –suelen ser llamados "soldados"– ante un eventual enfrentamiento. 

Los arrestados y demorados ayer pertenecen al grupo de Nélson "Chivo" Sarabia, quien responde al Panadero Ochoa, ex jefe de la barrabrava leprosa que está tras las rejas desde agosto de 2013. 

A su vez, una cara conocida se hizo presente este martes por la tarde: Matías Pera, quien estuvo con Ochoa y luego lo enfrentó desde el bando de Maximiliano "El Quemadito" Rodríguez, quien después fue asesinado de un disparo en el cráneo en la intersección de avenida Pellegrini y Corrientes. 

Según una fuente del Ministerio de Seguridad, antes del asesinato de Matías Franchetti, alias "El Cuatrerito", a comienzos del mes pasado había hasta seis facciones que buscaban ser líderes de la barra brava. Dos semanas después fue el crimen de Maximiliano La Rocca, alias "El cabezón Maxi". Los dos (El Cuatrerito y La Rocca) y Saravia sonaban, hasta ese momento, como el tridente que quería conducir la barra. A partir de los dos hechos, hubo reagrupamientos. Las caras visibles de estas agrupaciones son "soldados" que son usados de custodios de miembros de la barra o que son enviados a amenazar a otros grupos. 

El panorama de quiénes son los que quieren copar los paravalanchas leprosos es confuso. Dejaron de existir nombres fuertes. Tampoco está claro qué órdenes envía el Panadero Ochoa desde la cárcel y quiénes responden a él. 

Desde el Ministerio de Seguridad no descartan que Alexis Camino, hijo de Roberto "Pimpi" Camino –ex jefe de la barra– sea uno de los que quiere tomar el mando en la popular rojinegra. Tiene poder en el barrio Municipal en el que vive, ya que cuenta con armas y su banda está integrada por muchos miembros. 

Una fuente del Ministerio que conduce Maximiliano Pullaro dijo a Rosario3.com que las barras no sólo manejan entradas del club sino también la recaudación de cuidacoches que trabajan en las adyacencias al Coloso. Además, la barra tiene "mayor poder" en los barrios en los que comercializa droga e incluso llegan a representar a jugadores de fútbol.