La causa por desaparición forzada de Santiago Maldonado apunta a Gendarmería. La denuncia de la familia y de los testigos indica que agentes de esa fuerza federal se lo llevaron en medio de una represión a la comunidad mapuche de Chubut el 1° de agosto que pasó. No está probado pero esa es la carátula y la principal hipótesis. El tema fue primero minimizado y más tarde abordado con toda su gravedad por el gobierno nacional y en medios masivos. Periodistas, historiadores y políticos mencionaron antecedentes de los años 70, 60 y 50. Pero existe un caso anterior ocurrido en Rosario y que suele ser ignorado en ese debate.

El jueves que pasó, el ex juez de la Corte Suprema de Justicia Raúl Zaffaroni mencionó al militante peronista Felipe Vallese, detenido y desaparecido por la Policía de Buenos Aires en 1962. Otros historiadores se remontaron a 1955: el médico y político militante del Partido Comunista Juan Ingalinella llevado por la Policía de Rosario. Sin embargo, el primer desaparecido por una fuerza de seguridad ocurrió en 1930, cuando el albañil anarquista Joaquín Penina fue detenido en la Jefatura policial de Rosario.

Penina era un joven catalán que llegó a Rosario en 1925. El 6 de septiembre de 1930 se produjo el primer golpe de Estado de la historia argentina con Félix Uriburu a la cabeza. Tres días más tarde, la Policía local detuvo a Penina con otros dos militantes acusados de escribir y repartir folletos contra el nuevo régimen. 

Sus dos compañeros fueron liberados pero Penina fue llevado a las barrancas del Saladillo y fusilado. La Justicia no investigó los pedidos de habeas corpus. Como rastro de su desaparición quedó el prontuario policial, con su fecha de ingreso a la Jefatura establecido pero la casilla de salida en blanco.

Durante dos años nadie informó nada y hubo encubrimiento. Pero en 1932 el caso salió a la luz con una nota publicada en el diario Democracia de la ciudad Santa Fe, con el testimonio de un policía arrepentido. 

Recién a mediados de los setenta, el poeta rosarino Aldo Oliva investiga el caso y escribe "El fusilamiento de Penina". El libro es editado por la Biblioteca Vigil pero esa editorial fue intervenida durante la última dictadura cívico militar y sus libros fueron destruidos o incendiados, entre ellos el de Penina. También el investigador Fernando Quesada escribió sobre el caso.

 .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   . Ver la película completa online.

Oliva murió en el año 2000 y nunca vio el libro impreso. Tres años más tarde, alguien encontró y recuperó un ejemplar sin tapa. Antonio Oliva, hijo del autor e investigador, tomó la posta y "El fusilamiento de Penina" fue publicado por una editorial española. El realizador audiovisual Diego Fidalgo acompañó y registró ese proceso para el documental "Hombres de ideas avanzadas".

"Joaquín Penina vino a la Argentina escapando de la dictadura de Primo de Rivera y encontró la muerte en otra dictadura. Su cuerpo fue enterrado como NN en el Cementerio La Piedad, en un operativo nocturno coordinado por la Policía y el Ejército", aseguró Fidalgo a Rosario3.com.

El título

El diario La Capital publicó en septiembre de 1930 una breve nota titulada “Aplicación en Rosario de la ley marcial”. El texto informa que “fueron fusilados tres hombres de ideas avanzadas -comunistas o anarquistas-”. Ese suelto que no identifica a las supuestas víctimas dará título, un siglo después, al documental de Fidalgo.

La noticia es difundida en la edición del matutino el 10 de septiembre cuando, según la reconstrucción histórica, Penina aún estaba con vida. De hecho, sus dos compañeros detenidos -Porta y Costantini- fueron liberados y no ejecutados como (mal) anticipó el texto.

La publicación en los medios con información directa que suministra la Policía vinculada a la represión ilegal es un círculo que volverá a verse durante la dictadura cívico militar de 1976, cuando se difundían falsos enfrentamientos para encubrir crímenes. Los fusilados en centros clandestinos aparecían como "abatidos" en intentos de toma de comisarías u otros hechos fraguados.

En el caso de Penina, la noticia adelantó su destino antes de que ocurra. 

"Un debate que nos debemos"

Sobre la "segunda desaparición" de Penina al no ser mencionado como el primer desaparecido de Argentina; la presencia repetida de "policías infiltrados"; la vinculación entre los reclamos del militante anarquista en Rosario y la solidaridad de Maldonado con el pueblo mapuche en el sur; sobre todo eso escribe y se pregunta Diego Fidalgo, director del documental.

"Incluir en el debate actual por Santiago Maldonado a Penina sería abrir una vía de discusión que no les conviene a los partidos políticos mayoritarios, que no han hecho nada en estos años por atender los reclamos de los pueblos originarios, que siguen siendo corridos e invisibilizados en medio de un sistema capitalista extractivista. La lucha de los anarquistas está ligada a las primeras rebeliones contra los terratenientes primero y contra los partidos políticos que asumieron el rol de normalizadores de una situación de expoliación y desplazamiento de las comunidades aborígenes", analizó Fidalgo.

"Cuando hablamos de Penina -continuó-, y de alguna manera lo emparentamos con Santiago Maldonado, estamos retomando un debate que nos debemos. ¿La tierra tiene dueños? ¿Es posible alambrar un territorio con habitantes preexistentes y despojarlos de todo? ¿Hasta dónde llegó la locura del capitalismo, con ese apetito insaciable, destructor, que pone a los bienes por encima de toda relación de respeto humano? ¿Será allí que está el encuentro entre las ideas libertarias y las de los mapuches: en que no es posible adueñarse de la tierra?"

"Pienso también en estos días en el triste final de Joaquín Penina, aquel anarquista catalán que vino a Rosario con 20 años y fuera fusilado y desaparecido 5 años más tarde por la dictadura militar de Uriburu. Los días previos a su muerte, Penina había redactado unos manuscritos para repartir entre sus compañeros, intentando organizar la resistencia contra la tiranía militar, y se supo más tarde que en los mitines de los grupos anarquistas locales había habido policías infiltrados que fueron los que señalaron a Joaquín como el autor de esos panfletos", agregó.

Y continuó: "Joaquín Penina vino a la Argentina escapando de la dictadura de Primo de Rivera y encontró la muerte en otra dictadura. Su cuerpo fue enterrado como NN en el Cementerio La Piedad, en un operativo nocturno coordinado por la Policía y el Ejército. ¿Qué habrá sido de Santiago Maldonado? Todos los días esperamos que lo que todos suponemos solo sea un mal sueño, y que pronto vamos a saber de él. Pienso en esta nube negra que se nos vino encima como sociedad y creo que no hay que caer en debates binarios, faltan las ideas de Penina, de Maldonado, de los mapuches, que resisten día a día los ataques de los perros de presa disfrazados de periodistas que son hablados por sus dueños".