“La falta de ingenieros es hoy un problema, en el país y también en todo el mundo”, admitió el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, quien llegó a la ciudad capital de la provincia para brindar una conferencia en la UTN Santa Fe. El funcionario aludió al hecho de que la demanda industrial en la actualidad supera ampliamente el número anual de egresados de ingenierías en todo el país. Y estimó: “Necesitamos formar unos 20 mil ingenieros en los próximos 5 años” para darle impulso a la matriz productiva de la economía nacional.
El ministro visitó la facultad regional para dictar la conferencia “La importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo nacional”. Lo hizo en la Sala del Consejo Directivo de esa institución, y allí atendió a la prensa minutos antes de su disertación; insistió en la necesidad de “despertar vocaciones” hacia la ingeniería en los más jóvenes; rescató la repatriación de ingenieros argentinos, destacó el financiamiento en materia edilicia para laboratorios y hasta se permitió un elogio a la Dra. Raquel Chan, prestigiosa científica santafesina y flamante titular del Conicet local.
“Debemos superar la brecha de oportunidades que todavía existe en el país, y la única forma es dando educación con salida laboral. Durante décadas este ideal se abandonó en pos de una visión liberal que pretendía prescindir al país de todo desarrollo industrial, y eso llevó a un desmantelamiento de la educación técnica, que afortunadamente se ha podido recuperar. Que queremos que los jóvenes egresados no tengan sólo la visión de ser empleados, sino que se consideren a sí mismos como potenciales emprendedores”, refirió.
Para Barañao, la falta de ingenieros es un problema. Esta situación exige “una orientación de la formación de los jóvenes hacia las carreras tecnológicas, en particular a las ingenierías; lo que define el desarrollo económico de un país es el número de ingenieros. Por eso -comparó- China crece: al ser un país dominado por la ingeniería, tiene un desarrollo económico que lo destaca por sobre el resto de las naciones del mundo”.
“Nosotros necesitamos hacer que los chicos estudien ingenierías, que estudien matemáticas. Ahí también hay un problema visible. Para satisfacer la demanda del sector productivo necesitamos orientar la matriculación, y lo que estamos haciendo es complementar algunas acciones del ministerio de Educación, en el programa de mejoramiento de las ingenierías, y en el programa Despertar Vocaciones”, puntualizó Barañao.
“También a través de la feria Tecnópolis, o de la televisión pública con el canal TecTV: queremos que las universidades hagan contenidos mostrando a jóvenes estudiantes ingenierías. Queremos promover arquetipos imitables que permitan una identificación” con las ciencias exactas.
Para el ministro, la desmotivación de los jóvenes hacia las ciencias aplicadas surge en buena medida de la escuela secundaria. “Todavía arrastramos esa inercia de un período donde no se necesitaban ingenieros, sino técnicos. Tenemos que revertir esa visión porque está siendo limitante para el desarrollo industrial. Necesitamos unos 20 mil ingenieros -físicos, químicos, programadores- en los próximos 5 años, para garantizar el proyecto de desarrollo industrial”, estimó.
Fuente: El Litoral
El ministro visitó la facultad regional para dictar la conferencia “La importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo nacional”. Lo hizo en la Sala del Consejo Directivo de esa institución, y allí atendió a la prensa minutos antes de su disertación; insistió en la necesidad de “despertar vocaciones” hacia la ingeniería en los más jóvenes; rescató la repatriación de ingenieros argentinos, destacó el financiamiento en materia edilicia para laboratorios y hasta se permitió un elogio a la Dra. Raquel Chan, prestigiosa científica santafesina y flamante titular del Conicet local.
“Debemos superar la brecha de oportunidades que todavía existe en el país, y la única forma es dando educación con salida laboral. Durante décadas este ideal se abandonó en pos de una visión liberal que pretendía prescindir al país de todo desarrollo industrial, y eso llevó a un desmantelamiento de la educación técnica, que afortunadamente se ha podido recuperar. Que queremos que los jóvenes egresados no tengan sólo la visión de ser empleados, sino que se consideren a sí mismos como potenciales emprendedores”, refirió.
Para Barañao, la falta de ingenieros es un problema. Esta situación exige “una orientación de la formación de los jóvenes hacia las carreras tecnológicas, en particular a las ingenierías; lo que define el desarrollo económico de un país es el número de ingenieros. Por eso -comparó- China crece: al ser un país dominado por la ingeniería, tiene un desarrollo económico que lo destaca por sobre el resto de las naciones del mundo”.
“Nosotros necesitamos hacer que los chicos estudien ingenierías, que estudien matemáticas. Ahí también hay un problema visible. Para satisfacer la demanda del sector productivo necesitamos orientar la matriculación, y lo que estamos haciendo es complementar algunas acciones del ministerio de Educación, en el programa de mejoramiento de las ingenierías, y en el programa Despertar Vocaciones”, puntualizó Barañao.
“También a través de la feria Tecnópolis, o de la televisión pública con el canal TecTV: queremos que las universidades hagan contenidos mostrando a jóvenes estudiantes ingenierías. Queremos promover arquetipos imitables que permitan una identificación” con las ciencias exactas.
Para el ministro, la desmotivación de los jóvenes hacia las ciencias aplicadas surge en buena medida de la escuela secundaria. “Todavía arrastramos esa inercia de un período donde no se necesitaban ingenieros, sino técnicos. Tenemos que revertir esa visión porque está siendo limitante para el desarrollo industrial. Necesitamos unos 20 mil ingenieros -físicos, químicos, programadores- en los próximos 5 años, para garantizar el proyecto de desarrollo industrial”, estimó.
Fuente: El Litoral