No, no son demandas básicas, sino de las llamadas de segunda generación. Encarnadas sobre todo por los sectores medios. Los rosarinos piden que se debatan normas que apuntan a una mejor calidad de los servicios públicos, el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, el cuidado del medio ambiente. O apoyan algunas que se sancionaron en ese sentido, a pesar de que puedan generar alguna incomodidad.

Tanto el Ejecutivo como el Concejo Municipal deberían tomar nota de los resultados del estudio de opinión pública encargado por el grupo Televisión Litoral a la consultora Estrategia Ge, que indaga sobre creencias, necesidades, percepciones, pensamiento de los rosarinos. El primer capítulo, presentado el martes, ponía el pedido de mayor orden en primer plano. El segundo capítulo, que se refleja en esta nota, bucea sobre ciertos debates que la ciudad se debe o están inconclusos. También sobre la evaluación de ordenanzas ya sancionadas, en su momento con polémica, y puestas en marcha.

¿Uber sí o no?

Uno de los tópicos abordados es si los rosarinos están de acuerdo o en desacuerdo con que Uber preste servicio en la ciudad. Entre los que están de acuerdo o muy de acuerdo suman el 51 por ciento. Mientras que un 35 por ciento plantea estar en desacuerdo o muy en desacuerdo. El porcentaje de los que no saben o no contestan es alto: 14 por ciento.

Uber es una aplicación digital para descargar en celulares que conecta a personas que quieran viajar a algún destino con conductores particulares que se ofrezcan a llevarlos. El usuario debe descargar la aplicación, registrarse, indicar dónde está, dónde quiere ir y esperar por el vehículo.

El servicio aprovecha las funciones de geolocalización, conectividad y GPS del teléfono móvil para lograr la conexión entre pasajeros. Al indicar el punto de partida y llegada, el pasajero puede conocer el costo estimado y, si decide tomar el viaje, el sistema le asigna el chofer más cercano.

El sistema se usa en muchas ciudades en el mundo y permite viajar, en general, de modo más barato que en taxi. Cuando el tema se debatió en Buenos Aires generó una enorme polémica incluso en Rosario, donde los taxistas se pusieron en guardia aunque la cuestión nunca se debatió hasta ahora en el Concejo Municipal. Hasta se enfurecieron cuando un rosarino que trabaja en Estados Unidos como chofer del servicio contó los beneficios en El Tres.

Acaso los taxistas deban prestar atención a otras opiniones de los usuarios y que hacen a cuestiones que los mismos choferes reclaman, como mayor seguridad. Por caso, cinco de cada diez consultados está de acuerdo o muy de acuerdo con que se elimine el dinero en efectivo de los taxis y se resuelva el pago mediante tarjetas, ya sea la sin contacto que se utiliza en los colectivos –ya hay una experiencia piloto en marcha en este sentido– o de débito y crédito. En el sector hay cierta resistencia hacia esta posibilidad.

Otras normas pendientes

Ya reflejado en la nota sobre el primer capítulo de la encuesta, enfocada hacia el desorden urbano, hay otros dos temas cuyos debates aún no prosperaron y que aparecen con una firme postura a favor de los rosarinos: la utilización de videocámaras para hacer multas y que los cascos de las motos lleven escrita la patente (en ambos casos 67% está de acuerdo o muy de acuerdo)

Supermercados

Por otro lado, hay dos normas sancionadas en su momento con mucha polémica por el Concejo y que, ya en aplicación, dejan conformes a los rosarinos a pesar de que implicaron cambios de costumbres e incomodidades: la eliminación de las bolsas de plástico de los supermercados (un 70 por ciento está de acuerdo o muy de acuerdo) y el cierre de las grandes cadenas los domingos (59 por ciento está de acuerdo o muy de acuerdo).