Mariana Belén Spesia, doctora en Ciencias Biológicas e integrante de un grupo de científicos de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) dio a conocer avances en una investigación sobre agentes fototerapéuticos que podrían reemplazar al tratamiento médico con antibióticos.

La microbióloga –que tiene 28 años de edad y eligió este tema como tesis doctoral y trabaja en él desde hace cinco años– explicó que los agentes fototerapéuticos “son compuestos químicos que, al ser activados por la luz visible, producen radicales tóxicos derivados del oxígeno los cuales matan a las bacterias, incluso aquellas que suelen ser más inmunes a los antibióticos”.

Señaló que los resultados obtenidos podrían ser de aplicación por ejemplo con Escherichia coli (causante del llamado “mal de la carne cruda”) que tiene resistencia a los antibióticos de uso común. Sus estudios fueron realizados in vitro, por lo que aún faltan años de investigación para lograr una alternativa terapéutica.

Spesia explicó que si bien aún no se han desarrollado estos fotosensibilizadores a escala comercial, el método no sólo serviría para ciertos tratamientos clínicos, sino también para “limpiar” superficies, para el cuidado de los alimentos y descontaminación de agua.

“Por ejemplo si se coloca la solución de ese agente fotosensibilizador en el agua, con la luz del sol el agua quedaría libre de bacterias”, indicó la docente de la UNRC y becaria de Conicet.

Otra de las aplicaciones está vinculada a los tratamientos odontológicos. Se podría aplicar el agente fotosensibilizador como un tópico sobre las caries dentales e irradiar una determinada frecuencia de luz para eliminar las bacterias. “Es un método que es factible de ser utilizado en diferentes actividades siempre que se pueda colocar el sensibilizador y que tenga capacidad de llegada la luz”, insistió.

El grupo también estudió la inactivación de las bacterias en sangre, con el fin de matar microorganismos en una herida contaminada sin afectar los glóbulos rojos. “En este caso vimos que la aplicación dio resultado en las bacterias denominadas grampositivas”, dijo Spesia y agregó que podría probarse más adelante en virus, ya que hay fotosensibilizadores más aptos para matar virus que bacterias.

El grupo interdisciplinario primero comprobó qué sensibilizador mataba tal o cual bacteria. En una segunda etapa, analizaron ese proceso en el cual el sensibilizador terminaba con la bacteria para determinar posibles aplicaciones y usos.

“En este trabajo fueron comparadas las propiedades de distintas familias de fotosensibilizadores con uso potencial en la inactivación fotodinámica de bacterias”, dijo. Y agregó que estudiaron este mecanismo de acción en el ADN, y envolturas celulares.

Spesia explicó que el efecto del sensibilizador debe ser inmediato sobre la envoltura de la célula, porque si se apunta a llegar al ADN de la bacteria, el oxígeno (que actúa como tóxico) no dura el tiempo necesario para conseguir el efecto deseado.

Fuente: La Voz del Interior