La empresa norteamericana Seagate patentó un diseño de tubos microscópicos empapados en lubricantes que posibilitarían multiplicar diez veces la capacidad de sus discos duros. Estos tubos, llamados nanotubos por medir menos de un nanómetro (millonésima parte de un milímetro), estarán recubiertos de un lubricante que se volverá vapor o líquido según la ocasión. Al igual que los discos rígidos actuales, la nueva unidad estará sellada al vacío, por lo que no habrá pérdidas de fluídos. El modo de aumentar la capacidad de un disco duro consiste calentar la superficie para que más datos quepan en un mismo área. Pero presentaba el problema -ahora solucionado- de que el proceso de calefacción evaporaría al lubricante, impidiendo que la cabeza viajara sobre el disco. Seagate ya había logrado la máxima capacidad de almacenamiento con su último disco de la serie Barracuda 7.200, que permite guardar un máximo de 750 Gigabytes de información. Con este nuevo sistema, lograría llegar a los 7500 GB y liderar la búsqueda por quebrar la barrera del Terabyte.