Dos amigos en aprietos que sólo querían ayudar. Se trata de dos chicos de 13 años de la localidad de Alvear, a 14 kilómetros de Rosario, que solamente por querer ensalzar los valores de la amistad se embarcaron en un fraude que los complicó ante la familia y ante la ley.

Es que uno de ellos decidió robarle 76 mil pesos ahorrados por sus padres para ayudar a los de su amigo que tenían serios problemas económicos.

Con cierta angustia, su amigo y compañero de escuela le contó que había escuchado a su papá y a su mamá discutir por la falta de dinero. A partir de eso, diseñaron un plan que parecía sencillo y efectivo.

Rompieron la puerta a patadas, simularon un robo y tomaron los ahorros de los padres de uno de ellos para entregárselo a los del otro. Escondieron el dinero en un auto abandonado y se fueron al colegio. Todo duró menos de media de hora.

La madre llegó y ante la escena denunció ante la subcomisaría 8ª, la del pueblo, el robo. Además, brindó sus dudas ya que vio las huellas de dos zapatillas pequeñas en la puerta rota. Fue así que los efectivos de la comisaría del pueblo y los padres del chico se dirigieron hacia la escuela.

Aunque el chico lo negó todo, los policías le tomaron la huella de las zapatillas y la compararon con las marcas que había en la puerta. Había una coincidencia de ciento por ciento en una de las huellas. Pero había otra diferentes. Así fue que las miradas se posaron sobre su amigo.

Una vez en la casa cada uno de los los chicos reconoció el robo, contó los porqué y confesaron el lugar donde habían escondido el dinero, que por cierto, fue recuperado.