Uno de los primeros artículos extensos acerca de este nuevo deporte se publicó en noviembre de 2015 en la revista Wired. El periodista Tim Moynihan lo tituló: “Drone Racing League will give you a wild robot’s-eye view in VR”, algo así como “la liga de carreras de drones te dará una alocada visión robotizada en realidad virtual”.

En ese momento la Drone Racing League (DRL) no tenía ni un año de vida y se encontraba en etapa de prueba. No había videos promocionales y lo único que se sabía era que 2016 sería su año de lanzamiento. Esta estrategia de marketing—muy difundida entre productores de series y cine norteamericano—generó gran expectativa entre periodistas y potenciales fans que no ven la hora de que comiencen a rodar las seis carreras programadas para este año.

¿Pero qué son las carreras de drones? Competencias con aeronaves no tripuladas piloteadas a control remoto que pueden alcanzar una velocidad de ¡145 km/h! A diferencia de las típicas pistas de competición que vemos en la Fórmula 1 o el TC, aquí las rectas escasean, no hay asfalto o líneas de referencia, y lo que abundan son espacios abiertos de maniobra, curvas y obstaculos diminutos señalizados con neones.

Otra característica es el uso de head-sets de realidad virtual (RV) por parte de los pilotos lo que les permite tener la visión y perspectiva del drone mientras lo conducen gracias a las cámaras que llevan adosadas.

Un piloto con el control remoto de su drone en mano y el head-set de realidad virtual (qz.com)

Los drones de la liga son distintos a los que podemos encontrar en el mercado comercial. De hecho es la propia DRL la que se encarga del diseño y fabricación de las aeronaves. Todas con la misma especificación técnica para que sea la habilidad del piloto lo que se destaque y le permita ganar las competencias.

Esta nueva tecnología resulta completamente innovadora para el mundo del deporte pero también para el del entretenimiento, que desde 2015 la está testeando en rubros tan dispares como el porno y los videojuegos.

Eso explica el lugar destacado que tuvo la RV en la última Consumer Electronic Show de Las Vegas (CES 2016). Allí se anunció que tanto el Oculus Rift como los Samsung Gear VR y el Vive de HTC saldrán a la venta este año.

Observar un video promocional de la DRL es lo más cercano a estar en el cine disfrutando del movimiento de cámaras durante una batalla aérea de proporciones épicas.

A más de un fanático de Star Wars lo hará recordar la escena donde Luke Skywalker pilotea su X-Wing dentro de la Estrella de la Muerte en la primera entrega de la saga.

El CEO de la compañía, Nick Horbaczewski, explicó a Wired, que ve a la DRL como una productora de cine y liga de deporte. Donde el énfasis está puesto en la producción de contenidos que harán que los espectadores sientan que estuvieran volando o protagonizando su propia película de ciencia ficción.

Pero no se queda sólo en éso, la DRL es un producto pensado y desarrollado para el mundo de las nuevas tecnologías inmersivas y la web.

Esto quiere decir que tanto un norteamericano como un argentino podrán ver las carreras por la web, en tiempo real y elegir qué drone seguir, desde qué cámara—no necesariamente las del aparato—y en qué ángulo. Tal vez el mayor inconveniente que tenga la liga sea la brecha de conectividad entre países, lo que podría afectar la calidad del servicio en estas latitudes.

La DRL no sólo se presenta a sí misma como un nuevo concepto en entretenimiento, sino que formará parte de un incipiente modelo de negocio que tiene como canal de difusión internet en detrimento de la televisión por cable y las viejas formas de consumo audiovisual.

Lo que no va a cambiar será el soporte: para disfrutar de las carreras de drones va a ser preciso contar con una buena conexión a internet y un televisor smart—con un home theater o un equipo de audio potente para completar la experiencia—. Al menos para aquellos que no tengan la posibilidad de acceder a un head-set de realidad virtual para lo cual también será necesario contar con una laptop o PC con entrada HDMI y una conexión de bajada por encima de la media.

Con un mercado de espectadores global y una serie de equipos RV a sólo meses de volverse masivos, se espera que la primera carrera de 2016, programada para el 22 de febrero, congregue a una gran audiencia hogareña de nuevos fans y también de potenciales pilotos para la DRL.