La Conferencia Episcopal Argentina difundió este viernes un documento en el que señala “con dolor y preocupación” que la “Argentina está enferma de violencia". Fue tras el cierre de la 107° asamblea plenaria.
"Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad. Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio", sostienen los obispos argentinos.
Y afirman: "Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena".
“No se puede responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales. Ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias", indicaron.
El análisis del presente del país quedó expresado en el duro documento, titulado "Felices los que trabajan por la paz".
Entre otras cosas, dice que “conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros".
"La corrupción, tanto pública como privada, es un verdadero cáncer social, causante de injusticia y muerte", indicaron desde la Conferencia Episcopal Argentina.
La Iglesia se lamenta por que en Argentina “nos estamos acostumbrando a la violencia verbal, a las calumnias y a la mentira".
Por último, indicaorn que “la lentitud de la Justicia deteriora la confianza de los ciudadanos en su eficacia” y que “duele y preocupa” que casi la mitad de los presos no tenga sentencia.