El gobierno de Estados Unidos emplazó este miércoles al presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, a dejar el poder antes del 15 de enero próximo. La postura de la administración Obama fue considerada como indispensable por el mandatario electo, Porfirio Lobo, ya que significa un reconocimiento de la comunidad internacional a su futuro mandato.

El pedido de Estados Unidos fue transmitido a las partes en conflicto en Honduras por el subsecretario adjunto de Estado estadounidense para el Hemisferio Occidental, Craig Kelly, quien ayer se reunió en Tegucigalpa con Lobo, con el presidente constitucional derrocado, Manuel Zelaya, y hoy se entrevistó con Micheletti, según reportaron las agencias ANSA, DPA, Prensa Latina y medios locales.

"Estados Unidos está allí, ellos tienen su posición de que se cumpla el Acuerdo Tegucigalpa-San José en su totalidad, ellos están con su posición de que no deben de haber vencedores ni vencidos, que es lo más importante para Honduras que la mesa esté limpia de lo que fue la conflictividad del 28 de junio", cuando fue derrocado Zelaya, declaró hoy Lobo a Radio América luego de su reunión con el enviado de Washington.

El presidente electo, quien debe asumir el 27 de enero, reseñó que Kelly le explicó que Estados Unidos considera "prudente" que Micheletti se aparte del gobierno "el 15 de enero como fecha máxima".

Sin embargo, Micheletti manifestó en el programa Frente a Frente de Televicentro antes reunirse con Kelly que no renunciará a la presidencia porque "no hay argumento legal para hacerlo” y que es una decisión que le compete al Congreso Nacional, según reprodujo hoy el diario El Heraldo.

El gobernante de facto sostuvo que fue el Poder Legislativo el que lo colocó en la silla presidencial, y que esa decisión fue ratificada por el Congreso el 2 de diciembre, instancia estipulada en el Acuerdo.

"No voy cambiar porque venga alguien aquí a presionarnos”, a menos que se haga un plebiscito y el pueblo hondureño diga lo contrario, reiteró.

Por su parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, consideró que la salida del presidente de facto antes de la transmisión de mando mejoraría la imagen internacional del futuro gobierno.

La renuncia de Micheletti, tal como le pidió en recientes días el mandatario electo, "facilitaría" el alejamiento del régimen y permitiría a Lobo empezar a "reparar los problemas que se han producido", argumentó.

En ese sentido, Lobo advirtió que la comunidad internacional no considera legítimo el proceso electoral del 29 de noviembre, por lo que mantiene suspendida la ayuda a Honduras, y en ese sentido, resaltó que los países piden el cumplimiento total del Acuerdo Tegucigalpa-San José, firmado por representantes de Micheletti y Zelaya el 30 de octubre, en el marco de la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para superar la crisis.

Al respecto, reiteró que el Acuerdo incluye la integración de un Gobierno de reconciliación y de una Comisión de la Verdad, además de una amnistía política, aunque ésta fue excluida del pacto.

Lobo sostuvo que Micheletti y Zelaya expresaron hace varios meses "que estaban dispuestos a hacerse a un lado en aras de lo que sea la conveniencia del pueblo hondureño" y dijo esperar de ellos "la decisión que sea más conveniente al interés nacional" y que demuestren "ese desprendimiento que se dice tener por Honduras".