Una encuesta realizada a 351 profesionales de Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Granadero Baigorria, revela que 8 de cada 10 médicos sufrieron agresiones físicas y/o verbales en el último año. Las mujeres son las que más padecen este tipo de episodios y prácticamente no se detectaron diferencias entre el ámbito público y el privado. La gran mayoría de estas situaciones violentas se dan en la guardia externa de los hospitales y tienen como protagonistas en mayor medida a los familiares de los pacientes. En cuanto a las especialidades, los profesionales más atacados son pediatras y obstetras. Desean extender el trabajo a todo el territorio provincial y reclaman que se reglamenten penas mayores para los autores de este tipo de hechos violentos.

Los números

La encuesta fue dirigida el servicio de Clínica Médica del Hospital Escuela Eva Perón de Granadero Baigorria, que lidera el médico Jorge Oscar Galíndez, y que también lleva la firma de Luis Ignacio Martínez Amezaga, Albertina María Ghelfi, Florencia Garavelli, Celina Jael Faggi, Claudina Luchitta, Julián Criado, Jorgelina Noemí Herrera y Jorge Guillermo Kilstein.

Según el informe publicado en una revista médica, el objetivo es “describir la prevalencia de eventos de agresión laboral contra médicos en la ciudad de Rosario y alrededores ocurridos en el último año” y “determinar las características de los hechos de violencia y analizar la relación entre los mismos y las características de la población médica”.

Aclararon que se trata de un “estudio observacional, descriptivo y analítico, prospectivo; elaborado a partir de encuestas cerradas on-line, realizadas de manera consecutiva a médicos que ejercieran en Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Granadero Baigorria desde el día 18/07/2017 al 24/07/2017”.

Se incluyeron 351 encuestas. El 67% de las encuestadas fueron mujeres y el 33% hombres. El 23,1% pertenecía al ámbito privado al momento de la consulta; el 35% al público; el 41,6% a ambos y el 0,3% no especificó.

Las respuestas emitidas arrojaron como conclusión que el 80,1% presentó al menos un episodio de agresión en el último año (al momento de realizarse la encuesta), de los cuales 86,8% fue en forma verbal y 13,2% física-verbal. O sea que 1 de cada 10 médicos reconoció haber sido agredido en el transcurso del último año.

La agresión, pudiendo identificarse más de un agresor, fue realizada por familiares del paciente en un 94%; por el propio paciente en un 66%; por personal de salud no médico en un 33%; y en un 26% por un colega.

El sitio de agresión más frecuente fue la guardia externa y las mujeres padecieron mayor cantidad de eventos de agresión. Las especialidades más agredidas fueron obstetricia y pediatría.

En definitiva, se identificaron como factores de riesgo: el sexo femenino; el ejercicio profesional en guardia externa; y la especialidad pediatría.

El trabajo establece como conclusión contundente es que “la violencia hacia los médicos en el ámbito laboral constituye una problemática frecuente y con una tendencia creciente, cuyo impacto social e individual es muy significativo”. Se estableció que 8 de cada 10 médicos sufrió al menos un evento de violencia en el último año; en 1 de 10 casos la agresión fue de tipo físico; y en 1 de cada 4 partió de un colega.

Informe violencia contra pr... by on Scribd

Consideraciones

En la introducción a las cifras que indicó la encuesta, se destaca que “la violencia en los ambientes laborales no es una novedad y afecta prácticamente a todos los sectores y categorías de trabajadores”. Agrega que “sin embargo, en el sector salud las agresiones dirigidas hacia los médicos se han instalado como un fenómeno tan progresivo y paulatino, que ha acabado por llegar a escenarios inimaginables; reportándose en este sector casi la cuarta parte del total de la violencia padecida en el lugar de trabajo”.

La mujer herida ingresando a la guardia del Heca.
La guardia del hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca)

También se establece como conclusión que estos episodios produce en los profesionales “depresión, burn-out, insomnio, puestos laborales no cubiertos por su alta exposición social o por encontrarse localizados en lugares con elevados reportes de hechos de violencia; sumado a disminución de la productividad y calidad del cuidado del paciente”.

Se consideró como violencia toda acción ejercida por un tercero que atente contra la dignidad, integridad física, sexual, psicológica o social del médico; sea mediante amenaza, abuso de poder, acoso, maltrato físico, psicológico o social.

El contexto

En las publicaciones revisadas por los encuestadores, se hace referencia tanto a pacientes, y familiares de los mismos como fuentes agresoras. En esta encuesta se tuvo en cuenta la agresión originada desde colegas, y en este sentido cabe destacar que 1 de cada 4 encuestados manifestó haber sufrido un evento de agresión por parte de un par médico.

El trabajo concluye que “no hay diferencias estadísticamente significativas entre las agresiones en el área pública y privada”. Y aclara que “estos resultados no coinciden con otros trabajos realizados en Latinoamérica y en Europa, que hallaron una mayor tasa de eventos en el medio público”.

El hombre llegó por sus propios medios al Eva Perón.
El hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.

El escenario donde se detectaron la mayoría de los hechos fue la guardia externa. De hecho, trabajar este sector implicó un riesgo 3 veces mayor de recibir una agresión con respecto a desempeñarse en otra área.

Los médicos responsables de encargar esta consulta se preguntan “si este dato debe llevarnos a replantear el ejercicio de la medicina en el sector de emergencias como un trabajo de riesgo”. Y subrayaron que “a la complejidad de los casos médicos, a la rapidez con la que deben resolverse las consultas, al voluminoso número de pacientes atendidos: deberíamos sumar, por lo pronto, el triple de chances de ser agredido durante el ejercicio de la labor profesional”.

Sanciones

Para los profesionales de esta área tan sensible “es una realidad innegable que los médicos se encuentran actualmente expuestos a todo tipo de acciones violentas, que muchas veces ponen en riesgo su práctica y su vida; pero lo que es peor aún, es que esto sucede sin demasiada regulación que los ampare y proteja al respecto”.

En nuestra provincia, actualmente la única sanción existente es la enmarcada en el artículo 115 del Código de Faltas de la Provincia de Santa Fe contra la integridad personal, que hace referencia al arresto de hasta veinte días en los casos de agresión física sin empleo de armas, definido como golpe o maltrato hacia otro, sin causar lesión.

Atenta a esta situación, la Segunda Circunscripción del Colegio de Médicos de la Provincia de Santa Fe, ha presentado un Anteproyecto de Ley para la incorporación de una nueva norma al Código de Faltas mencionado. En el mismo se propone “el arresto de entre diez y cuarenta días, siempre que no corresponda una pena mayor según el Código Penal, a quienes agredieran de cualquier forma a un médico y/o trabajador de la salud, dentro o en las inmediaciones de los establecimientos asistenciales, sean públicos o privados; o bien a quienes perturbaren de cualquier manera el ejercicio de la función de salud”.

“Es una realidad que crece”

Jorge Galíndez, director de la Clínica Médica del Hospital Escuela Eva Perón, habló con Rosario3.com para dar más detalles de este trabajo. “Básicamente lo que hemos tratado de inculcar a los jóvenes residentes es certificar lo que decimos. Necesitábamos tener la posibilidad de sustentar lo que decíamos”, aseguró.

Galíndez se detuvo en el dato que indica que las médicas y médicos reciben tantas agresiones en el ámbito público como en el privado: “Sucede que en el sector público los hechos violentos trascienden más, tiene más repercusión mediática;: el privado es un ámbito más recatado”, afirmó.

Acerca del género de los profesionales atacados, Galíndez destacó que “en las residencias tenemos más mujeres que hombres en los últimos años”. Y apuntó que “por suerte en la mayoría de los casos son agresiones sólo verbales, aunque en algunos casos pasan al plano físico y eso es muy grave”.

El profesional catalogó como un factor de riesgo extremo “los familiares que muchas veces llegan a la guardia alcoholizados o bajo efectos de estupefacientes” y añadió que “en muchos casos se originan verdaderas batallas campales en la puerta del hospital”.

“En el hospital público, donde no hay destacamento policial, la presencia de seguridad está, pero cuando la cosa se pone pesada no pueden intervenir, porque son privados y su presencia es para disuadir más que nada”, describió luego.

Galíndez adelantó que este miércoles tendrán una reunión con el Colegio de Médicos para extender la consulta “a toda la provincia”. Y advirtió que llevarán las conclusiones de este informe “como un fundamento para el proyecto de ley para que se establezca una penalidad mayor a este tipo de hechos”.

Por último, el médico aclaró que “este trabajo no está hecho contra nadie, no tiene objetivos políticos ni gremiales; lo hicimos para registrar una realidad que ocurre, que aumenta y que preocupa”.