La marcha del Gobierno por posicionar al Estado como socio de varias empresas privatizadas parece no detenerse. Después de varios meses de negociaciones, el Gobierno y Aerolíneas Argentinas prácticamente llegaron a un acuerdo por el cual, si todo termina bien, el Estado volverá a tener el 5 por ciento de las acciones de la empresa, para tener un mayor control en el directorio. A cambio, el presidente Néstor Kirchner firmará un decreto mediante el cual se autorizará un aumento de tarifas, además de otorgar exenciones impositivas y subsidios para rutas poco rentables. Pero no haría aportes de dinero. Actualmente, el Estado tiene un 1,4 por ciento de las acciones de Aerolíneas, otro 0,5 por ciento está en manos de los trabajadores y el resto es propiedad de Interinvest, una sociedad cuyo dueño es el grupo español Marsans. "La negociación en marcha en ningún momento prevé que el grupo Marsans pierda el control de la compañía. Sólo es ceder una parte de las acciones, que en un principio sería del 5 por ciento del paquete", aseguraron fuentes de la empresa. Las negociaciones se intensificaron desde fines de abril, después de que Aerolíneas llegara a un acuerdo salarial con pilotos y mecánicos, con quienes mantuvo un fuerte conflicto salarial. Entonces el Gobierno se comprometió a apurar el decreto que autorizaría los aumentos de tarifas, pero la norma nunca salió de los despachos de la Casa Rosada. En cambio, el Gobierno desplegó todos sus mecanismos de presión para exigir una mayor porción accionaria de la compañía y desplazar a directivos y socios que le resultaban irritantes. El acuerdo podría anunciarse en España la semana próxima, cuando el presidente Kirchner visite a su par José Luis Rodríguez Zapatero. "El Estado podría retomar parte del control que tenía hasta 2002 en Aerolíneas, que era un 5%, con lo cual podría tener dos directivos para tener mayor fuerza para controlarla", confirmó un funcionario de la Secretaría de Transporte, que dirige Ricardo Jaime.