Considerado el mayor efector de salud de alta complejidad en la Argentina y un centro de referencia para el tratamiento de emergencias para todo el sur de la provincia, la construcción del nuevo Heca demandó unos 10 años de trabajo, debido a las crisis económicas que atravesó el país.
La estructura vidriada, de 22 mil metros cuadrados de superficie cubierta –más del doble que el viejo edificio donde la institución funcionó hasta el sábado– implicó una inversión de 45 millones de pesos, financiada a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En nuevo Heca cuenta con 155 camas –la mayoría dispuesta en habitaciones de dos camas, con baño privado–, seis quirófanos, unidad de terapia intensiva, unidad coronaria y unidad de quemados. El servicio de diagnóstico por imágenes cuenta con resonancia magnética nuclear, tomografía computada, radiología digital, ecografía y ecocardiografía.
En su antiguo emplazamiento, el hospital atendía por año aproximadamente 45 mil consultas ambulatorias especializadas en pre y post internación, 35 mil consultas anuales de emergencia primaria y unas 4.700 intervenciones quirúrgicas anuales.
El anterior edificio de la zona sur, ahora vacío, tiene un destino incierto. Es que las autoridades municipales tienen varios proyectos para la estructura pero todavía no decidieron ninguno.
El edificio del nuevo Heca fue diseñado por el arquitecto Mario Corea, quien destacó que las instalaciones responden a “un nuevo concepto de medicina”. Corea señaló que este es un sitio “transparente” –en referencia al predominio de la estructura vidriada– que “sale a la ciudad e invita a que la ciudad entre al hospital. Atendiendo a esta idea de transparencia y luz fue diseñado de manera tal que los pacientes reciban la luz natural y puedan distinguir el día de la noche”, explicó.


