Al presidir hoy ante 200 mil personas la misa de Domingo de Ramos, que abre las celebraciones de Semana Santa, Francisco llamó a "vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo" y a no creer "en el maligno que nos dice que no podemos hacer nada contra la violencia, la corrupción, la injusticia". Además, saliéndose del texto preparado, el Papa argentino que ha cautivado por su simplicidad y espontaneidad pidió: "¡por favor, no se dejen robar la esperanza que nos da Jesús!". Por último, llamó a la participación de los más jóvenes.

"Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad!", exclamó Francisco, el primer papa argentino, en una homilía simple y clara en la que por primera vez denunció "guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, de poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación". Al hablar de la sed del dinero y de la corrupción, fiel a su estilo, Francisco volvió a improvisar: "Mi abuela nos decía a los chicos, el sudario no tiene bolsillos".

Francisco destacó pecados personales como "la falta de amor y de respeto a Dios, al prójimo ya toda la creación" y explicó que "Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección".

Por último, llamó a la participación de los jóvenes. "Deben decir al mundo que es bueno seguir a Jesús", señaló el papa Francisco al encabezar su primer Domingo de Ramos.

Luego de que se conocieran numerosos casos de abuso de menores al interior de la Iglesia en todo el mundo, el nuevo Sumo Pontífice convocó a que los adolescentes renueven su fe en la religión. "Nos traen la alegría de la fe y nos dicen que tenemos que vivir con alegría siempre, con un corazón joven también a los 70 y a los 80 años", señaló.

"Me pongo en camino con ustedes, en las huellas del beato Juan Pablo II y de Benedicto XVI", indicó en la ceremonia que encabezó ante una colmada plaza San Pedro, tras confirmar que asistirá a la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil.

Según señaló el propio Francisco, la ceremonia estuvo centrada en tres palabras: la cruz de Jesús, la alegría y la juventud. "No se dejen vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace del tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona: Jesucristo. Esta alegría nace de saber que con él nunca estamos solos", pidió el prelado.

La tradicional misa del "Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor" se inició a las 5:30 y concluyó pasadas las 7:30 (hora argentina). La celebración incluyó la bendición de los ramos, la procesión y la celebración eucarística.

Con la misa del Domingo de Ramos se conmemora la entrada mesiánica de Jesús de Nazaret en Jerusalén, para dar comienzo así a su pasión y muerte en la cruz. Y al mismo tiempo se da inicio a la Semana Santa.

La liturgia del Domingo de Ramos es una de las más intensas de la Semana Santa y del año litúrgico, que junto con las del Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección forman parte de las principales celebraciones del año.