Benedicto XVI reiteró su "estima y profundo respeto" por los creyentes musulmanes y aseguró que el diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes "no es una elección del momento" sino "una necesidad vital de la que depende en gran parte nuestro futuro".

El Papa pronunció estas palabras ante los embajadores y representantes de una veintena de países de mayoría musulmana que mantienen relaciones con la Santa Sede, en una reunión convocada tras la polémica suscitada por una palabras del Papa que los musulmanes consideraron ofensivas.

Benedicto XVI, que fue recibido con aplausos cuando empezó a hablar en francés en la Sala de los Suizos de Castelgandolfo (su residencia de verano), comenzó su discurso reiterando toda su "estima" y "profundo respeto" por los creyentes musulmanes.

El Papa deseó que las relaciones "inspiradas en la confianza", que desde hace años se han instaurado entre cristianos y musulmanes, "no sólo prosigan, sino que se desarrollen en un espíritu de diálogo sincero y respetuoso".

Un diálogo que esté basado en "un conocimiento mutuo, cada vez más auténtico que, con alegría reconoce los valores religiosos comunes y, con lealtad toma nota y respeta las diferencias".

El diálogo "interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes no puede reducirse a una elección del momento. Se trata efectivamente de una necesidad vital de la que depende, en gran medida, nuestro futuro", señaló el Papa.

Los creyentes cristianos y musulmanes tienen que "aprender a trabajar juntos", como ya sucede en algunas experiencias comunes, para "evitar toda forma de intolerancia y oponerse a toda manifestación de violencia".
El Papa se dijo "profundamente convencido" de que en el mundo de hoy, "es un imperativo para cristianos y musulmanes empeñarse para afrontar juntos los numerosos desafíos a los que se enfrenta la humanidad", en especial sobre la defensa y promoción de la dignidad de ser humano y sus derechos.

En un mundo "marcado por el relativismo y que con mucha frecuencia excluye la trascendencia de la universalidad de la razón, necesitamos absolutamente un auténtico diálogo entre religiones y culturas" que ayude "a superar juntos todas las tensiones en un espíritu de provechoso acuerdo".

El diálogo entre religiones y culturas constituye, según el Papa, "una necesidad para construir juntos el mundo de paz y fraternidad que desean ardientemente todos los hombres de buena voluntad".

Al final de sus palabras, Benedicto XVI saludó uno por uno a todos los embajadores y representantes de países musulmanes, así como a los miembros del Centro Islámico de Roma y de la "Consulta Islámica" creada por el Ministerio italiano del Interior.