Según El País de España, tras el confeso fracaso de Windows Vista, Microsoft quiere reconquistar el escritorio personal y profesional.

Windows 7, leído "seven" por los responsables de la compañía, pretende terminar con las frecuentes incompatibilidades con dispositivos como impresoras, escáneres y cámaras.

Luis Martín, responsable de Windows Ibérica, quiso ayer, durante la presentación en la feria SIMO, dar seguridad a los posibles clientes: "Antes de salir al mercado, hoy mismo, Windows 7 tiene acuerdos con casi todos los fabricantes y es compatible con 80 mil dispositivos".

Las exigencias de hardware por parte de Windows Vista también pasarán a la historia. Habrá casi tantas versiones de Windows 7 como tipos de máquina y usuario. Desde una versión para netbooks, pequeños ordenadores portátiles de poco más de un kilo de peso, hasta una para servidores corporativos.

La conquista del mercado del netbook es esencial para la compañía. Su popularización sirvió para dar un nuevo ciclo de vida al veterano Windows XP gracias a su estabilidad y la gran cantidad de controladores disponibles. Para demostrarlo, Luis Martín encendió ayer en SIMO una de estas máquinas ligeras. Además, la nueva versión soportará sin necesidad de complementos ordenadores táctiles.

Las cosas positivas que a primera vista parece tener el nuevo windows son: complementos de escritorio adaptados al gusto del usuario, gestión de aplicaciones abiertas de manera más sencilla y un motor de búsquedas más potente. Un punto importante de Windows 7 es la facilidad para gestionar equipos en redes domésticas.

Es esperado Windows 7 permitirá al usuario, mediante pago por cada mejora, subir de versión del sistema operativo. A medida que se escoja una versión más alta tendrá más opciones y herramientas de trabajo. Las versiones previstas son desde la Starter, versión inicial, a la Ultimate, la más potente de todas, pasando por Home Premium y Professional.