El barrio Acindar tiene su libro de historia. Surgido en el marco del Presupuesto Participativo, el proyecto Historia, Identidad y Perspectiva que coordinan el Centro Municipal de Distrito Sudoeste y la Secretaría de Cultura municipal, la publicación propone recuperar la compleja historia fabril y barrial a partir del aporte de sus propios protagonistas, los ex trabajadores de la planta siderúrgica y los antiguos y nuevos vecinos del barrio.

El libro de barrio Acindar se presentará este sábado a las 19 en el auditorio del Museo de la Memoria de Córdoba y Moreno.

La publicación es fruto de un trabajo que demandó tres años y reune las voces en primera persona de más 100 entrevistados.

“Acá había una zona de quintas, de pastoreo, tenían vacas. Todavía quedan pinos de antes del barrio. No había ni pavimento ni medios de transporte, no había nada, hasta que en 1942 empezaron a construir la fábrica”, contó un ex trabajador metalúrgico y antiguo vecino del barrio en la publicación.

El barrio era un pueblo dentro de la ciudad. Según los vecinos fue concebido como un pequeño espacio ideal, basado en la construcción de baja densidad, incorporando un elemento esencial y único en la historia de la construcción de la ciudad: “los centros de manzana” como espacios de uso y recreación público para sus habitantes.

Hoy tres chimeneas permanecen en la retina de los habitantes, recordando aquel pasado, pero lejos está de agotarse allí. Desde 1942 en que se fundó la Acería en Rosario hasta la actualidad, Acindar mutó absoluta y parcialmente como pocos barrios de nuestra ciudad.

Para conocer más sobre el proyecto que da origen al libro se invitó a recorrer el sitio www.barriosderosario.org.ar donde se encuentra parte de lo recabado.

La historia de Acindar

Cuando en 1942 se radicó Acindar en Rosario, la zona carecía de construcciones, siendo un gran predio donde se cultivaban flores para la venta. Desde entonces, la zona conoció un vigoroso proceso de transformación económica, social y urbanística que atraviesa toda la segunda mitad del siglo XX y llega hasta la populosa actualidad.

El origen de esta peculiar construcción urbana puede encontrarse en el modelo urbano de la ciudad-jardín desarrollado en los albores del siglo XX en Europa. En la actualidad, uno de estos centros de manzana contiene la sede de la vecinal, que funciona desde 1965.

El barrio ha cambiado su fisonomía y dinámica de antaño, ampliando y complejizándose desde todos los aspectos: edificios, casas de una y dos plantas, nuevos habitantes, y nuevas relaciones, todo eso desde finales de 1980.