Los vecinos de la zona de Pichincha estarán frotándose las manos de la alegría. El boliche bailable Satchmo, ubicado en Rivadavia 2400, cierra en breve y en su lugar, quedarán emplazadas dos torres y un apart, según informó el sitio Punto Biz. Sin embargo, el ruido de la música, los autos arrancando a toda velocidad y la gente que concurre al boliche, dará paso al producido por los albañiles, las mezcladoras, en fin, el del pico y la pala.
Los nuevos dueños del inmueble son ocho inversores de Firmat y Rosario constituidos en un fideicomiso y tienen sus propios planes: construirán dos torres de viviendas de 25 pisos de altura, con departamentos de dos y tres habitaciones pensados para un segmento premium y coronadas por un restaurant que se ubicaría la cima de los edificios y sería financiada por un inversor porteño.
La compra de los socios trasciende los límites del local ocupado por Satchmo porque además, se alzaron con el terreno que alguna vez perteneció a la mueblería Gatti, cuya salida es a la calle Güemes. De esta forma, la adquisición suma unos dos mil metros cuadrados, incluido el corazón de la manzana, donde, de acuerdo a versiones periodísticas, se desarrollaría un centro cultural.
Los que sufrirán la pérdida son, por supuesto, los chicos y chicas que cada fin de semana incursionan en la noche rosarina, para los que el 2007 será el último año que vibren al ritmo de Satchmo.
Los nuevos dueños del inmueble son ocho inversores de Firmat y Rosario constituidos en un fideicomiso y tienen sus propios planes: construirán dos torres de viviendas de 25 pisos de altura, con departamentos de dos y tres habitaciones pensados para un segmento premium y coronadas por un restaurant que se ubicaría la cima de los edificios y sería financiada por un inversor porteño.
La compra de los socios trasciende los límites del local ocupado por Satchmo porque además, se alzaron con el terreno que alguna vez perteneció a la mueblería Gatti, cuya salida es a la calle Güemes. De esta forma, la adquisición suma unos dos mil metros cuadrados, incluido el corazón de la manzana, donde, de acuerdo a versiones periodísticas, se desarrollaría un centro cultural.
Los que sufrirán la pérdida son, por supuesto, los chicos y chicas que cada fin de semana incursionan en la noche rosarina, para los que el 2007 será el último año que vibren al ritmo de Satchmo.