La última jornada de la primera etapa del juicio a Los Monos fue la más electrizante. Desfilaron 13 testigos y 6 imputados hicieron uso de la palabra, entre ellos, el comisario Gustavo “Gula” Pereyra, quien afirmó que un sector de la Policía “recaudaba” dinero para el gobierno provincial anterior a través de investigaciones sobre narcotráfico. Además, aseveró que desde la División Judiciales pretendían darle el territorio de la presunta organización a Luis Medina, narcotraficante asesinado hace casi 4 años, y a Esteban Alvarado, quien está detenido y vinculado a la venta de droga.

Las palabras de Pereyra tuvieron lugar tras un careo hecho con una ex agente de Delitos Complejos, quien había dicho que no recolectaban información sobre narcotráfico. El imputado se basó en correos electrónicos, en fotos y videos para mostrar que él había investigado búnkeres y bandas a partir de órdenes de sus superiores, Ana Viglione y Andrés Ferrato.

“Gula” relató investigaciones hechas sobre búnkeres de Pueyrredón al 2700 y en Cristal al 7200 en Rosario, otra en Granadero Baigorria; sobre el detenido Slawmir Andrzej “Frances” Polus, quien fue detenido por narcotráfico; las construcciones de David “Delfín” Zacarías en San Lorenzo; el terreno de la familia Cantero en Pérez; y la actividad de un narco en Oliveros.

Pereyra remarcó que antes de las caídas de Zacarías, las autoridades policiales ya contaban con las fotos que él había enviado sobre sus bienes y actividad. Es más, enfatizó que dos fotos que él mismo tomó fueron publicadas en un diario local una vez que fue detenido el “Delfín”. Esta declaración contrasta con los dichos de Viglione y Ferrato, quienes negaron en la instrucción de la causa 913/12 haber dado órdenes de investigar cuestiones vinculadas al narcotráfico. Por esta situación ambos fueron imputados por presunto falso testimonio e irán a juicio.

“Se me presentó como la cara de la corrupción policial. No tuve comunicación con nadie (según las escuchas de la causa). Nunca hablé por teléfono con (Ramón) Machuca. La primera vez que lo vi fue acá. Sólo (está imputado) por informes de esta División Judiciales que encima habla en potencial. Yo no tenía acceso a información, no tenía ni siquiera oficina de trabajo. Sí tenía datos de las macanas que los de Judiciales se mandaban”, comentó.

El comisario agregó que le llamó la atención que la División Judiciales siempre “iba a buscar un prófugo y encontraba un búnker”. “Hacían recaudación. Querían poner a (Luis) Medina y a (Esteban) Alvarado para manejar la zona”, señaló. Esos dichos fueron una suerte de despertador para Leandro Vilches, quien desde el banquillo asintió con su cabeza de arriba hacia abajo y le realizó una catarata de comentarios a Ariel Máximo “Guille” Cantero y a Machuca, como si Pereyra hubiese manifestado algo que ellos querían decir.

“A mi nene lo tuve que cambiar de colegio porque quedó tildado como el «Gulita» por la exposición del apellido en esta causa. Estuve ocho meses preso por ser nombrado y a (Cristian) Romero lo protegen. Metieron preso a un integrante de la División Judiciales como (Germán) Almirón y a Romero no le pasó nada. Se les escapó un delincuente en su división y a Romero no le pasó nada”, expresó.

El supuesto silencio de Viglione y la policía que recaudaba

Pereyra recordó cuando su ex jefa Ana Viglione negó en el juicio haber hablado “mal” sobre personal de la División Judiciales, hecho por el cual luego se reprodujo una escucha telefónica entre Ariel Lotito, ex coordinador de esa unidad, y Cristian Romero, jefe. Lotito le había dicho a Romero que Viglione le estaba dando “patadas en el pecho” en la ciudad de Santa Fe. Lo que intentaba decir era que hablaba en su contra con autoridades del gobierno provincial anterior.

“La persona que la hizo callar fue la misma que le dijo que me desconozca a mí. Por eso Viglione vino y mintió. Fue la misma persona que la hizo callar cuando pasaba datos sobre Romero. Había dos líneas, la que quería recaudar y la que no quería recaudar. Ganó una, sacrificaron los peones. El tema era sostener a Judiciales para darle una respuesta a la sociedad. Pusieron a un comisario inspector (lo dijo por su inclusión en la causa) como cara de la corrupción policial”, sostuvo.

El cuaderno con datos de Bassi, Druetta y Pullaro y el atacante de Bonfatti
 

El imputado también advirtió que Andrés Ferrato, por entonces su superior en Delitos Complejos, le había hecho tomar nota sobre datos que debía investigar. En uno figuraba Alejandro Druetta, actual funcionario del Ministerio de Seguridad; Maximiliano Pullaro, ministro de Seguridad; una banda de “cordobeses” y una suma de 200 mil pesos.

“Tenía que averiguar si Druetta recaudaba 200 mil pesos de una banda de cordobeses para dejarlos operar en Venado Tuerto (Druetta en ese entonces trabajaba en Drogas en ese lugar). Y si después esa plata se la daban al ministro, que en ese momento era diputado (provincial)”, añadió.

Debajo de las anotaciones, figuran datos personales de Luis “Pollo” Bassi y otras personas que podrían estar vinculadas al narcotráfico. Eran otras informaciones que debía seguir con sus tareas investigativas. “Bassi arrancó vendiendo protección. Ferrato me dijo que eso tenía un nombre en inglés y yo lo anoté mal. Por eso está tachado y él me lo corrigió con su puño y letra”, destacó al tiempo que mostró al tribunal la fotocopia de ese cuaderno de apuntes.

“También figuran datos del Ema Pimpi (Sandoval). Es el que después fue imputado por el ataque al gobernador Antonio Bonfatti. Está su vehículo, patente y color. Era el que manejaba la droga en la zona norte”, explicó.

“Otro trabajo que se me encargó fue el homicidio de (Carlos) Dolce y el atentado al abogado (Alberto) Tortajada. Esto fue un año antes de que (la ex jueza, Alejandra) Rodenas diera con ellos. Todo lo mandé en un mail a ellos”, dijo con respecto al envío de información a Viglione y Ferrato.

Los datos que se filtraban

Pereyra a su vez recordó que recolectó datos con el personal a su cargo sobre desarmaderos y búnkeres que, “casualmente”, fueron allanados a los pocos días por la ex División Judiciales. “Se filtraba información por arriba de Viglione”, afirmó.