Un reciente estudio publicado en la revista ´Circulation´ defiende que, aplicado como filosofía de vida, supone un escudo protector para las mujeres frente a las enfermedades coronarias y otros trastornos, llegando incluso a reducir la mortalidad de las féminas más positivas.

El trabajo, dirigido por Hilary A. Tindle, profesora de medicina de la Universidad de Pittsburg (EEUU), se realizó sobre una muestra de 97.253 mujeres posmenopáusicas (89.259 blancas y 7.994 negras) con edades comprendidas entre los 50 y los 79 años, libres de cáncer y enfermedades cardiovasculares, y que fue publicado por Elmundo.es.

Para medir el optimismo se emplearon preguntas como "En tiempos inciertos, normalmente, espero lo mejor" o "Si algo puede irme mal irá mal", mientras que para valorar la hostilidad cínica se plantearon cuestiones similares a "Muy a menudo tengo que aceptar órdenes de alguien que no sabe tanto como yo" o "Es más seguro no confiar en nadie".

Ocho años más tarde, los investigadores, que habían sometido a seguimiento a las participantes, llegaron a la conclusión de que las mujeres optimistas presentaban un 9% menos de riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria y un 14% menos de riesgo de morir que las pesimistas, mientras que las mujeres con un alto grado de hostilidad cínica fueron un 16% más propensas a morir durante los ocho años de seguimiento que las que tenían un grado de hostilidad bajo.

Por otra parte, los científicos identificaron diferencias según la raza, ya que mientras las mujeres afroamericanas optimistas presentaban 33% menos de morir que las pesimistas, el riesgo era solamente un 13% menor en las mujeres blancas optimistas. Además, se observó que las mujeres optimistas solían ser más jóvenes, vivían en el oeste de EEUU, tenían un mayor nivel educativo y de ingresos, contaban con empleo y seguro médico y asistían a un servicio religioso al menos una vez por semana.