“El sistema no es el más feliz de todos”, reconoció Juan Carlos Achilli, director ejecutivo del Pami Rosario. Achilli debió salir de su despacho para tratar de aclarar las dificultades vividas por los afiliados al Pami a raíz del cambio prestacional y como si se tratara de poner paños fríos a la situación dijo que “el colapso no es sólo en Rosario, sino en todo el país”.

Es que aunque se previó la modificación del sistema no se tuvo en cuenta el período de transición que afectaría a los usuarios. Así, muchos jubilados se enteraron casi por sorpresa que no podían ser atendidos por los mismos médicos de cabecera, ni internados en los sanatorios de siempre.

Pero lo que arrojó más incertidumbre a los afiliados del Pami fue la reducción del vademécum  y las complicaciones para acceder a los medicamentos.

“El problema es que se necesita que los médicos de cabecera estén en estrecho contacto y de acuerdo con toda la industria farmacéutica”, señaló Achilli.

Los médicos de cabecera son los que determinan la medicación que el paciente debe tomar y se la recetan. “Con el cambio de sistema, los afiliados deben venir a la delegación del Pami a completar tres cupones amarillos para acceder a ellos y eso los exime de venir a repetir el trámite antes de los 90 días”, aseguró el director del Pami.

Sin embargo, aunque la modificación estuvo pensada para agilizar los trámites de los jubilados, el efecto fue el contrario. Desde la mañana de hoy se vieron largas filas de afiliados en la Unidad de Gestión Local del Pami, de San Lorenzo al 900, que reclamaron la falta de cupones, la ausencia del descuento del cien por ciento en los medicamentos y la ausencia de algunos remedios en el vademécum de la obra social.

Consultado acerca de esto, Achilli asumió que el sistema está colapsado en todo el país. “A pesar de las diferencias en la cobertura mediática, la crisis se vive a nivel nacional”, concluyó el interventor del Pami local.