El fumar está fuertemente relacionado con patologías graves, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias; es la mayor causa de muerte a nivel mundial. También la piel sufre las consecuencias del tabaquismo, no sólo con enfermedades graves, sino también con aquéllas que afectan a su estética.
En el tabaco hay un alcaloide, la nicotina, que es una sustancia psicoactiva responsable de la naturaleza adictiva del tabaco. Tiene un efecto vasoconstrictor por el aumento de los niveles de vasopresina. En el humo del tabaco existen sustancias cancerígenas como el benzopireno, un hidrocarburo aromatico policíclico que se forma durante la combustión del tabaco.
También se produce monóxido de carbono (1-3% en el cigarrillo) que, al unirse a la hemoglobina, desplaza al oxígeno formando carboxihemoglobina, disminuyendo el aporte de oxígeno a los tejidos.
Esta elastosis de los fumadores se inicia en la dermis media o profunda a diferencia de la elastosis solar, que se inicia en la epidermis o dermis papilar. La elastosis de los fumadores se produce por los radicales libres que llegan a la piel por vía sanguínea. Por el hábito de fumar también se produce agregación plaquetaria.
También se observó que las arrugas faciales son más frecuentes en fumadores y que se incrementaban en relación con el número de paquetes fumados. Kadunce y colaboradores evalúan fotografías de hombres y mujeres fumadores y no fumadores, y encuentran relación entre el grado de arrugamiento y el número de paquetes fumados. En todos estos pacientes se observa alteración en las fibras elásticas, que se inicia en la dermis reticular y no en la dermis papilar como en la elastosis solar.
Se piensa que juega un papel importante la isquemia crónica y la disminución del nivel de vitamina A. No menos importante es la hidroxilación del estradíol inducida por el tabaco, que se manifiesta clínicamente por un relativo hipoestrogenismo y, como consecuencia de ello, sequedad y atrofia cutánea. Al haber disminución de estrógenos existe un relativo aumento de los andrógenos.
Fuente: Sociedad Española de Medicina Estética
En el tabaco hay un alcaloide, la nicotina, que es una sustancia psicoactiva responsable de la naturaleza adictiva del tabaco. Tiene un efecto vasoconstrictor por el aumento de los niveles de vasopresina. En el humo del tabaco existen sustancias cancerígenas como el benzopireno, un hidrocarburo aromatico policíclico que se forma durante la combustión del tabaco.
También se produce monóxido de carbono (1-3% en el cigarrillo) que, al unirse a la hemoglobina, desplaza al oxígeno formando carboxihemoglobina, disminuyendo el aporte de oxígeno a los tejidos.
Esta elastosis de los fumadores se inicia en la dermis media o profunda a diferencia de la elastosis solar, que se inicia en la epidermis o dermis papilar. La elastosis de los fumadores se produce por los radicales libres que llegan a la piel por vía sanguínea. Por el hábito de fumar también se produce agregación plaquetaria.
También se observó que las arrugas faciales son más frecuentes en fumadores y que se incrementaban en relación con el número de paquetes fumados. Kadunce y colaboradores evalúan fotografías de hombres y mujeres fumadores y no fumadores, y encuentran relación entre el grado de arrugamiento y el número de paquetes fumados. En todos estos pacientes se observa alteración en las fibras elásticas, que se inicia en la dermis reticular y no en la dermis papilar como en la elastosis solar.
Se piensa que juega un papel importante la isquemia crónica y la disminución del nivel de vitamina A. No menos importante es la hidroxilación del estradíol inducida por el tabaco, que se manifiesta clínicamente por un relativo hipoestrogenismo y, como consecuencia de ello, sequedad y atrofia cutánea. Al haber disminución de estrógenos existe un relativo aumento de los andrógenos.
Fuente: Sociedad Española de Medicina Estética


