La evolución de la tecnología obliga a los trabajadores a incorporar permanentemente nuevos conocimientos y a sufrir modificaciones en sus trabajos, que suelen generar tensión y un sobre esfuerzo. Esto se denomina “tecno estrés” y especialistas advierten que se trata de un riesgo laboral en ascenso.

De acuerdo a un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) con sede en España, se trata de una cuestión que puede deparar bajas de trabajadores y serios inconvenientes en las empresas, en caso de no ser abordado de forma eficiente.

“Hasta ahora no se le ha prestado mucha atención a esta cuestión en el mundo académico, pero las empresas son conscientes cada vez más de este problema”, dijo la especialista de UNIR, Tatiana Cuervo, y agregó que esto se ve sobre todo con trabajadores “que no son capaces de adaptarse a cambios tecnológicos en sus puestos de trabajo”.

En diálogo con EFE, remarcó que el tecno estrés no es lo mismo que la “tecno adicción”, una patología asociada prácticamente al caso contrario, a quienes se sienten condicionados por una necesidad de estar continuamente “enganchados” a la tecnología.

El tecno estrés más bien tiene que ver con cómo reacciona el personal de una empresa cuando se introduce una actualización en las herramientas tecnológicas de trabajo, un nuevo programa o nueva maquinaria. “Generalmente se ofrece una formación uniforme, pero hay que entender que no todos los trabajadores son iguales, que no tienen las mismas necesidades”, destacó.

Para evitar este problema, recomendó analizar antes cómo se va a formar a los trabajadores, teniendo en cuenta que habrá diferentes niveles de necesidad en cada grupo de empleados. Además hay que tener en cuenta un factor clave como la edad, ya que los jóvenes pueden adaptarse rápido a nuevos entornos digitales -porque nacieron con ellos- que a generaciones más antiguas les cuesta más.