Aunque la naturaleza haya provisto a la especie de una notable cantidad de matices y diseños, en China decidieron “vestir” aún más a los pececitos de colores. ¿Cómo? Tatuándolos. El objetivo es poder venderlos a un precio mayor.

La increíble práctica es moneda corriente en la ciudad china de Xiamen, provincia de Fujian, donde en las tiendas de animales se exhiben peceras con los simpáticos ejemplares tatuados. Según explicaron, les inscriben mensajes positivos y diseños florales.

Pese a que recién trascendió en esta parte del mundo, la práctica viene desarrollándose en China desde 2005. Pero, aseguran, no es muy bien tomada por los consumidores.