Tras 32 días de ataque a las dos de la mañana (hora argentina) comenzó el cese de hostilidades entre el Ejército israelí y las milicias de Hezbolá, pactado en la resolución 1701 adoptada por unanimidad en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

 

Horas antes de la tregua, los ataques se siguieron sucediendo en suelo libanés y hubo bombardeos en Beirut.

 

Las tropas israelíes se quedarán en el sur de Líbano, hasta ser relevadas por el Ejército regular libanés y la fuerza multinacional de la ONU.

 

Según el diario Haaretz el primer ministro israelí, Ehud Olmert, ordenó al Ejército israelí cumplir con el cese de las hostilidades salvo en caso de defensa propia.

 

Aún así, hasta pocas horas antes de que comenzara el alto el fuego, el Ejército israelí prosiguió sus ataques sobre el sur del Líbano. De hecho al menos 14 personas murieron en el Líbano y cinco soldados israelíes fallecieron por fuego de Hezbolá.

 

El alto el fuego llegó después de que el gobierno israelí aceptase la resolución 1701, aprobada en forma unánime por el Consejo de Seguridad de la ONU , y que instaba a un cese inmediato de las hostilidades, así como al envío de una fuerza internacional al sur del Líbano.

 

Antes el gobierno libanés y la guerrilla chiíta Hezbolá mostraron también su apoyo a la resolución de las Naciones Unidas. De hecho el líder de la milicia, Hasan Nasralá, se comprometió en un mensaje televisado a cumplir el alto el fuego "en cuanto se fije una fecha".