"Hay que pasar el invierno". Cuando el ingeniero Alvaro Alsogaray pronunció su célebre frase no existían los autos con GNC. Pero la frase se aplica con facilidad a la situación de los instaladores de esos equipos hoy en día.

Es que luego de que la ola polar afectara durante un par de días la provisión de ese combustible, muchos interesados en convertir sus vehículos de nafta a gas lo pensaron mejor: aseguran que la instalación bajó entre 50 y 60 por ciento. Lógicamente, el temor de la gente es que después de hacer la inversión –un tanque grande en un auto moderno cuesta cerca de 2700 pesos– no puedan conseguir gas para llenar el tanque.

"Esta situación se da en todo el país, no solo en la ciudad", aclaró el secretario de la Cámara del GNC Rosario, Ricardo Ciavarro, en diálogo con Alberto Lotuf en De tarde en tarde (Radio 2). "En lo que se refiere al combustible, en seguridad y economía es el mejor. Hay un ahorro de un 70 por ciento respecto de la nafta. Pero las distribuidoras de gas no hacen los trabajos correspondientes para surtir cuando hay mayor consumo y hay crisis", explicó.

Ciavarro puntualizó que "existiría cantidad suficiente de GNC para no tener problemas desabastecimiento, pero no están hechas las obras". Para el secretario de la Cámara del GNC Rosario, "habría que estar preparado para cualquier problema de temperaturas" pero no es así. "Creo que todos son un poco culpables por no hacer lo que les corresponde hacer", estimó.

"Después de un par de días de frío intenso hubo escasez de combustible, pero el día siguiente aumentó la temperatura y otra vez volvió el gas. Lo que pasa es que el año pasado de los tres meses de invierno tuvimos una semana de frío intenso pero este es diferente. Cuando hay temperaturas bajo cero, el consumo aumenta y la situación se agrava", detalló.

"La tecnología ha mejorado, tanto la parte electrónica como de cableado. Casi andan como a nafta los vehiculos a gas. Pero tenemos la contra del desabastecimiento", analizó. Y concluyó: "Roguemos que no aumente el frío".