El presidente de Bolivia, Evo Morales, aprovechó su primera intervención en la Asamblea General de la ONU para pedir apoyo internacional al proceso de "refundación" que se lleva a cabo en su país.

Al dirigirse a los gobernantes presentes en el hemiciclo de la Asamblea General, aseguró que "no vengo a decirles que gobiernen de una manera o de otra, o a ponerles condicionantes. Sólo quiero que, como estados solidarios, participen en hermandad en ese proceso de cambio democrático que vive Bolivia" .

Explicó que su país vive un proceso de "refundación", mediante reformas sociales y económicas, y se refirió en concreto a la nacionalización de los recursos naturales.

"Mi país, con tantas riquezas pero con tanta pobreza, ha sufrido durante mucho tiempo el robo de los recursos naturales por parte de los gobiernos neoliberales para entregárselos a las multinacionales, pero ahora que los pueblos hemos llegado a la cabeza de la lucha, queremos recuperar el control de estos recursos", aseguró.

Negó las acusaciones de que su gobierno no respete la propiedad privada con las campañas de nacionalización realizadas, como la del sector de hidrocarburos, y reconoció que su país, como una nación en desarrollo, necesita inversión extranjera.

"Entendemos que un país subdesarrollado necesita inversión. Es verdad que necesitamos socios, pero no patrones, no dueños de nuestros recursos naturales", apuntó.

Si el Estado boliviano "ha ejercido el derecho de propiedad sobre determinados recursos, como el gas natural o el petróleo, ello no significa que no esté respetando la inversión de las empresas extranjeras".

"No confiscamos a nadie. Garantizaremos que todas las empresas recuperen la inversión que han realizado, que ganen dinero. Aunque eso sí, no lo ganarán como antes", manifestó.

En su discurso, hizo también una defensa de la población indígena de su país, que ha sufrido tantas décadas de opresión, así como de sus tradiciones, costumbres y forma de vida.

En un determinado momento de su intervención, exhibió ante los presentes una hoja de coca, y aclaró que es la hoja verde que se utiliza para productos medicinales, y no la hoja blanca que se usa para la elaboración de estupefacientes.

"Esta hoja está penalizada, pese a que representa el medio ambiente y la esperanza de nuestro pueblo. No entiendo que sea legal para la Coca-Cola, y no lo sea para el consumo medicinal de nuestro país y del mundo entero", denunció.

Explicó que las universidades de todo el mundo han determinado que el consumo de la hoja de coca no es perjudicial para la salud, y se quejó de que un informe del gobierno estadounidense publicado el lunes acusara a Bolivia de no hacer lo suficiente en la lucha contra el narcotráfico.

"Ayer, un informe de Estados Unidos dice que no acepta los cultivos de coca, y que nos quieren imponer determinadas normas y condiciones. Pues desde aquí quiero decirles que no vamos a cambiar nada. No necesitamos chantajes y amenazas", aclaró.

Para Morales, "la guerra contra las drogas no puede ser un pretexto para intervenir los países, como ha ocurrido en Oriente Medio, un pretexto para dominarnos o sentar bases militares en nuestro país".

En su intervención se refirió también a la necesidad de que su país reciba el apoyo económico necesario para que pueda crear puestos de trabajo, y así evitar la emigración masiva de bolivianos a Estados Unidos y Europa.

Por ello, pidió la eliminación del proteccionismo comercial, con objeto de que los pequeños productores y las cooperativas de Bolivia puedan vender sus productos en el exterior.

"El deseo que tenemos es que sean nuestros productos, no nuestras gentes, los que lleguen a Europa", afirmó.