Heladeros del tiempo es la excusa que encontraron un grupo de músicos para hacer canciones que no tienen fecha de vencimiento. También es el nombre de una banda que fusiona el pop, el rock, la new wave y las armonías vocales, todo envuelto en una estética visual que se escapó de alguna cápsula del tiempo. Para más datos, tocan por primera vez en Rosario, este jueves a las 21 en McNamara, Tucumán 1016).

“Hemos estado como turistas, pero no como Heladeros”, apunta el vocalista Frankie Langdon, en diálogo con rosario3.com. “Queremos arrancar una historia del corazón con la ciudad”. Para lograrlo, el grupo que se gestó en 2008 cuenta con las canciones de su disco Espuma Libertad, un EP y otro en camino.

Pero, ¿por qué Heladeros del tiempo? “Porque tiene un sentido de pertenencia, de grupo, de tripulación. Pensás en un heladero y lo asociás con sonrisas, alegría, libertad, con el patio de una escuela, el recreo o las vacaciones”, señala Langdon.

En tanto que las referencias cronológicas del nombre (“del tiempo”) encuentran un anclaje  múltiple. “Tiene que ver con ser niño toda la vida, con una genética de Peter Pan; como un tango de la niñez, más que con un momento determinado, con un año o algo así. Podemos hacer una canción de 1983, pero no negamos el presente. El look, la vestimenta o los instrumentos, por ejemplo, son de fines de los ´70, pero con un sonido del hoy y con una mirada hacia el futuro”, explica el vocalista.

Dicho así, los Heladeros del tiempo acusan la influencia del no siempre valorado pop de los ochenta, recuperan la esencia divertida de la new wave y suben al escenario con una estética de fines de los setenta. “Es que a nosotros la nostalgia se nos hizo helado”, admite Langdon.

Asimismo, como si se tratara de un refrigerador lleno de gustos, desfilan las influencias sonoras de  Virus, Los Twist, Men at work, Doobie Brothers y hasta los Beach Boys, “es lo que elegimos cuando queremos ver la playa con las orejas”. La banda se completa con Juani de Abreu, Maxi Lázbal, He Man Garrido y Dante Violanti

Para esta primera presentación en la ciudad, eligieron un setlist con sabor a rock nacional: “Amor de primavera”, de Tanguito; “Luna de miel”, de Virus y “Mariposas de madera”, de Miguel Abuelo. “Hacemos una versión menos ranchera porque, Miguel tenía rancho y a los chicos de ciudad, como nosotros, les falta campo”, se excusa Langdon.

A futuro

“Como decía Juan Antonio Canta, vocalista de Pabellón psiquiátrico, «lo importante no es que ganes sino que no pierdas la grandeza»”, avisa el heladero parlante. “Y nosotros no forzamos las canciones, llegan con la música”.

El plan próximo es editar otro EP que vendría a completar “la obra conceptual” Espuma libertad: el disco tiene una primera secuela, Marina del Rey, con temas que quedaron afuera y rarezas, mientras preparan un segundo capítulo de duración reducida, con inéditos y versiones.

Y otra vez las alas, como la mariposa. “El álbum lo podés abrir en dos hojas. En el sobre central guardás el full y en los laterales tenés espacio para los Epés. Creemos en el disco, en comprarlos y en entender la obra de principio al fin”. Helado  helado, entonces.