¿Dónde puede recurrir alguien que perdió algún objeto en Rosario? ¿Y alguien que lo encontró y espera que sea devuelto a su dueño? Por ahora, a ningún lado. Ese fue el planteo que se hizo el concejal radical Jorge Boasso, por lo que presentó un proyecto para la creación de un banco de objetos perdidos en la ciudad.
“En estos momentos no existe ningún lugar físico donde se centralice la recepción y entrega de los cientos de objetos que diariamente los rosarinos y visitantes extravían en distintos lugares de la ciudad, vía publica, transporte de pasajeros, centros comerciales y oficinas publicas en general”, consideró Boasso como argumento de su propuesta.
De concretarse la iniciativa, tanto aquel que encuentra algo como el que lo pierde, tendrá una oficina municipal donde acudir y además se habilitaría la correspondiente línea gratuita de consulta telefónica.
El Departamento Ejecutivo deberá realizar una campaña de información y difusión a través de los medios masivos, a fin de que la población conozca la existencia de este banco de objetos perdidos.
Además, en esta dependencia existirá un registro que formará parte de un sistema de control, de modo tal de brindar la mayor seguridad posible sobre la integridad de los objetos como de las personas involucradas.
Se prevé también que los objetos no retirados al cabo de un año sean donados a entidades de bien público, como por ejemplo Caritas o el Hogar del Huérfano.
“En estos momentos no existe ningún lugar físico donde se centralice la recepción y entrega de los cientos de objetos que diariamente los rosarinos y visitantes extravían en distintos lugares de la ciudad, vía publica, transporte de pasajeros, centros comerciales y oficinas publicas en general”, consideró Boasso como argumento de su propuesta.
De concretarse la iniciativa, tanto aquel que encuentra algo como el que lo pierde, tendrá una oficina municipal donde acudir y además se habilitaría la correspondiente línea gratuita de consulta telefónica.
El Departamento Ejecutivo deberá realizar una campaña de información y difusión a través de los medios masivos, a fin de que la población conozca la existencia de este banco de objetos perdidos.
Además, en esta dependencia existirá un registro que formará parte de un sistema de control, de modo tal de brindar la mayor seguridad posible sobre la integridad de los objetos como de las personas involucradas.
Se prevé también que los objetos no retirados al cabo de un año sean donados a entidades de bien público, como por ejemplo Caritas o el Hogar del Huérfano.