Las entradas disponibles para los hinchas de Rosario Central para la final de la Copa Argentina ante Boca, en Córdoba –y en principio el miércoles–, se agotaron este domingo en el Gigante de Arroyito, donde hubo disturbios en las boleterías y la policía intervino con elementos disuasivos, con algunas personas heridas como saldo.

La venta se desarrolló con cierta normalidad hasta que se informó que se acabaron las entradas disponibles. Desde entonces hubo corridas, volaron objetos y el amplio despliegue policial dispuesto en las afueras del estadio se activó, incluso con balas de goma y otros elementos antidisturbio.

Fuentes policiales señalaron que en el Gigante se pusieron a la venta sólo entre 4.000 y 4.500 populares y plateas de un total superior a 20.000 asignado para la gente de Central. Es porque la mayoría se vendió a filiales o en paquetes con transporte y alojamiento incluidos.