Investigadores de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) iniciaron el trámite para patentar esta nueva composición que combina el principio activo y el ingrediente natural.
La morfina se usa para aliviar el dolor crónico, especialmente, en pacientes terminales. Pero un tratamiento a largo plazo provoca aumento de la sensibilidad al dolor y pérdida de su eficacia analgésica.
Por este motivo, las dosis deben aumentarse para obtener los mismos resultados, con lo cual se agravan los efectos adversos: constipación, náuseas, vómitos, pérdida de peso y somnolencia.
Ya se ha demostrado que el consumo de ácidos grasos Omega-3 (presentes en gran proporción en pescados) alivia el dolor, pero no se conocen formulaciones farmacéuticas que los incluyan.
“De alguna forma tuvimos que proteger lo que hicimos, por eso decidimos patentarlo. Esto es algo innovador. No hay en la literatura científica un método de tratamiento que utilice esta composición”, comentó Carolina Romañuk, miembro del equipo de la UNC que patentó la invención, junto a María Eugenia Olivera y Rubén Manzo.
Carlos Laino, de la UNLaR, comparó el efecto que tenía en ratas esta nueva composición con una dosis de morfina pura. “Se observó que los Omega-3 potenciaban una menor dosis de la droga y había un mayor efecto analgésico. A su vez, hubo una disminución en la reducción del peso que provoca el consumo de morfina”, detalló.
Romañuk aclara que no es una formulación, por lo que no está disponible en el mercado. “Estamos realizando estudios de estabilidad para ver si se puede producir a nivel industrial”, dijo. Por ser una droga ya probada y una sustancia natural, no requiere ensayos clínicos ni de toxicidad.
La investigadora tiene otra patente en la que combina fluoxetina (antidepresivo) con estos ácidos grasos. “Anteriormente presenté una patente por mi cuenta sobre otra composición. Es difícil redactarla y tuve que buscar un equipo de abogados que se dedicaba a eso”, comentó.
Fuente: La Voz del Interior
La morfina se usa para aliviar el dolor crónico, especialmente, en pacientes terminales. Pero un tratamiento a largo plazo provoca aumento de la sensibilidad al dolor y pérdida de su eficacia analgésica.
Por este motivo, las dosis deben aumentarse para obtener los mismos resultados, con lo cual se agravan los efectos adversos: constipación, náuseas, vómitos, pérdida de peso y somnolencia.
Ya se ha demostrado que el consumo de ácidos grasos Omega-3 (presentes en gran proporción en pescados) alivia el dolor, pero no se conocen formulaciones farmacéuticas que los incluyan.
“De alguna forma tuvimos que proteger lo que hicimos, por eso decidimos patentarlo. Esto es algo innovador. No hay en la literatura científica un método de tratamiento que utilice esta composición”, comentó Carolina Romañuk, miembro del equipo de la UNC que patentó la invención, junto a María Eugenia Olivera y Rubén Manzo.
Carlos Laino, de la UNLaR, comparó el efecto que tenía en ratas esta nueva composición con una dosis de morfina pura. “Se observó que los Omega-3 potenciaban una menor dosis de la droga y había un mayor efecto analgésico. A su vez, hubo una disminución en la reducción del peso que provoca el consumo de morfina”, detalló.
Romañuk aclara que no es una formulación, por lo que no está disponible en el mercado. “Estamos realizando estudios de estabilidad para ver si se puede producir a nivel industrial”, dijo. Por ser una droga ya probada y una sustancia natural, no requiere ensayos clínicos ni de toxicidad.
La investigadora tiene otra patente en la que combina fluoxetina (antidepresivo) con estos ácidos grasos. “Anteriormente presenté una patente por mi cuenta sobre otra composición. Es difícil redactarla y tuve que buscar un equipo de abogados que se dedicaba a eso”, comentó.
Fuente: La Voz del Interior
