Un confuso episodio se registró este jueves a la madrugada en un boliche ubicado en Tucumán al 1100 llamado Roswell que está señalado por el ambiente nocturno como un lugar “osado y hot”. Allí fueron un agente de policía y su novia, joven que apenas traspasaron la puerta fue abordada por un hombre de una manera poco sutil, que su novio no aprobó.
Según fuentes policiales, el policía tuvo un intercambio con el “festejante” de la chica y fue allí cuando un patovica del boliche intervino. De acuerdo a lo que declaró más tarde el uniformado, el empleado del boliche lo golpeó y lo sacó del boliche a la fuerza. Esta versión fue ratificada a Rosario 3.com por el comisario Néstor Arismendi, al frente de la comisaría 3°, a donde el policía radicó una denuncia por agresiones y lesiones contra el patovica.
El Juzgado Correccional N° 5, en turno, intervino en la causa iniciada contra el empleado del boliche. Sin embargo, el caso podría tener otra derivación, que se desprende de la flamante normativa que regula el comportamiento de la fuerza policial.
Tanto el antiguo Reglamento del Régimen Disciplinario Policial como la nueva Ley de Personal Policial número 12.521, establecen que el personal policial no podrá relacionarse con personas de dudosa moral ni podrán concurrir a lugares con esas características, de lo que se desprende que pueden ser sancionados por asistir a lugares donde se lleven a cabo actividades delictivas o bien, frecuentar a personas que incurran en delitos.
El regente del Instituto de Seguridad Pública Zona Sur, Sergio Abraham, explicó a Rosario3.com: “Si bien la Constitución establece que la actividad privada de una persona no está sujeta a ningún magistrado, los comportamientos de los policías pueden ser investigados por Asuntos Internos porque tiene esa potestad”.
Consultado específicamente sobre el caso del boliche, planteó: “No conozco ese lugar pero si se desarrollan allí conductas que se contraponen con la ética policial o bien, el policía tuvo algún accionar de ese tipo, es seguro que será investigado y sancionado”, concluyó.
Según fuentes policiales, el policía tuvo un intercambio con el “festejante” de la chica y fue allí cuando un patovica del boliche intervino. De acuerdo a lo que declaró más tarde el uniformado, el empleado del boliche lo golpeó y lo sacó del boliche a la fuerza. Esta versión fue ratificada a Rosario 3.com por el comisario Néstor Arismendi, al frente de la comisaría 3°, a donde el policía radicó una denuncia por agresiones y lesiones contra el patovica.
El Juzgado Correccional N° 5, en turno, intervino en la causa iniciada contra el empleado del boliche. Sin embargo, el caso podría tener otra derivación, que se desprende de la flamante normativa que regula el comportamiento de la fuerza policial.
Tanto el antiguo Reglamento del Régimen Disciplinario Policial como la nueva Ley de Personal Policial número 12.521, establecen que el personal policial no podrá relacionarse con personas de dudosa moral ni podrán concurrir a lugares con esas características, de lo que se desprende que pueden ser sancionados por asistir a lugares donde se lleven a cabo actividades delictivas o bien, frecuentar a personas que incurran en delitos.
El regente del Instituto de Seguridad Pública Zona Sur, Sergio Abraham, explicó a Rosario3.com: “Si bien la Constitución establece que la actividad privada de una persona no está sujeta a ningún magistrado, los comportamientos de los policías pueden ser investigados por Asuntos Internos porque tiene esa potestad”.
Consultado específicamente sobre el caso del boliche, planteó: “No conozco ese lugar pero si se desarrollan allí conductas que se contraponen con la ética policial o bien, el policía tuvo algún accionar de ese tipo, es seguro que será investigado y sancionado”, concluyó.