Un grupo de investigadores de la Universidad de Hungría se abocó a la tarea de analizar científicamente cuánto hay de mito en la extendida opinión de que genialidad y locura tienen mucho en común.

Los científicos decidieron enfocarse en el gen que codifica la producción de la neuregulina 1, una proteína involucrada en varios procesos cerebrales. Optaron por este gen ya que investigaciones previas asociaron una de sus variantes a un mayor riesgo de sufrir ciertos tipos de trastornos mentales graves. En otras palabras, este gen puede tener distintas formas y hay una en particular que se vincula a males como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

Tomaron como voluntarios a participantes que se consideraban a sí mismos creativos, y les tomaron una serie de pruebas destinadas a corroborar su inteligencia e imaginación. Por ejemplo, los científicos les pidieron que contestaran interrogantes muy inusuales e inesperados.

Una pregunta típica fue: ¿qué pasaría si a las nubes se les ataran unas cuerdas que llegaran hasta la tierra? Según la creatividad que mostraron se les asignó un puntaje. También se analizó su biografía para ver cuánto habían usado su imaginación en el transcurso de su vida.

Con toda esta información, los científicos tomaron muestras de sangre de todos los voluntarios. Allí es donde observaron que la neuregulina 1 tenía algo que decir. Los investigadores notaron que la variante del gen de la neuregulina 1 que se asocia a trastornos mentales se encontró con mayor frecuencia en los voluntarios creativos. Aseguraron que su estudio es el primero que muestra que una variante genética asociada a trastornos mentales puede cumplir funciones benéficas.

Y concluyeron: Los factores moleculares que están asociados con desórdenes mentales severos pero están presentes en muchas personas sanas pueden ayudarnos a pensar más creativamente. Los científicos fueron incluso un poco más allá, y consideraron que estas variantes genéticas que causan enfermedades podrían haber permanecido en el camino evolutivo del hombre porque también brindan ventajas a las personas que las portan.

Fuente: Neomundo