Israel intensificó sus operaciones terrestres en el sur libanés, donde operan ya miles de sus soldados, y continuó con sus bombardeos, mientras el líder de Hezbolá, Hasan Nasrala, anunciaba "sorpresas en la próxima etapa" del conflicto. Además, el Estado judío convocó a los reservistas para integrarlos a las tropas que preparan una invasión que puede ser inminente.
Ocho soldados israelíes han muerto y otros 16 han resultado heridos en los violentos combates contra milicianos de Hezbolá en territorio libanés en las últimas 48 horas, reconocieron las autoridades militares israelíes.
Las últimas bajas son cuatro militares que fallecieron en los choques de ayer en las proximidades de la localidad libanesa de Marun Al Ras, donde los israelíes aseguran haber descubierto una red de búnkers y depósitos subterráneos con cohetes y misiles.
Hasta ahora Israel había informado de que las operaciones para destruir la infraestructura de Hezbolá corrían a cargo de "pequeñas unidades", pero fuentes militares admitieron que son "miles" los soldados israelíes que operan en el Líbano meridional.
Las acciones por tierra, hasta el momento en una franja de menos de dos kilómetros en terreno libanés, comenzaron hace dos días, después de que Israel comprobase que, pese a los intensos bombardeos de la aviación y la artillería, Hezbolá seguía lanzando sus cohetes.
Sin excluir ni confirmar la posibilidad de que Israel lance en breve una gran ofensiva terrestre, con la que se especula desde hace días, el general Benny Gantz, jefe del Comando del Ejército de tierra, afirmó que las operaciones terrestres continuarán a pesar de las bajas que están sufriendo las tropas israelíes.
Anoche también murió un oficial de la Fuerza Aérea a causa de la colisión entre dos helicópteros de combate, que se estrellaron cuando volaban para efectuar una misión en el Líbano. Los otros tres tripulantes de los aparatos resultaron heridos, uno de ellos grave.
El incremento de la actividad militar israelí en el sur libanés no paralizó los ataques aéreos y marítimos al resto del país, donde el sur de la capital volvió a ser castigado.
Después de varias horas de calma en Beirut, Israel reanudó esta madrugada sus bombardeos contra los barrios del sur, concentrando sus ataques en el barrio de Haret Hreik, según medios locales.
Además, dos obuses cayeron en el municipio de Baabda, donde está el palacio presidencial, y también se bombardeó Damur, al sur de la capital, sin que por el momento se haya informado de víctimas.
Según Al Manar, la televisión de Hezbolá, los aviones israelíes siguen lanzando ataques con la ciudad de Baalbek –donde bombardearon un puente y una planta eléctrica– y otros objetivos en el la Bekaa, al este del país, mientras en Tiro (sur) al menos una personas murió y otras dos resultaron heridas al ser alcanzadas por misil israelí.
Además la aviación israelí simuló ataques con bombas de sonido y humo en Nabatieh, la mayor ciudad del sureste, según Al Manar.
El Ejército israelí ha realizado 3.000 operaciones aéreas en los diez días de ofensiva en el Líbano, según fuentes militares.
Por su parte, Hezbolá, que disparó ayer cerca de 50 de sus cohetes y misiles contra localidades del norte de Israel, alcanzó hoy con un katiusha una base de las Fuerzas Interinas de Emergencia de la ONU (Finul) en el extremo sur del Líbano.
Un portavoz militar israelí dijo que, al parecer, el impacto no produjo víctimas entre los "cascos azules" de la ONU ya que la base estaba vacía.
El líder de la milicia, Hasan Nasralá, dijo anoche, en una entrevista con la televisión Al Jazeera, que sólo se logrará la liberación de los dos soldados israelíes que tiene bajo custodia" a través de negociaciones indirectas en el marco de un canje" por prisioneros libaneses y árabes.
Nasralá, que aparecía sereno y mostró sus manos para que vieran que no fue alcanzado por los bombardeos israelíes como el Estado hebreo afirma, agregó que "Hezbolá resiste, soporta los golpes, toma iniciativas y dará sorpresas en la próxima etapa".
Tras la petición lanzada anoche por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ante el Consejo de Seguridad para un alto el fuego y la intervención de organizaciones humanitarias sobre el terreno, el Gobierno israelí aprobó la apertura de un corredor marítimo entre la isla de Chipre y Beirut, capital del Líbano, para la evacuación de civiles y el paso de ayuda humanitaria destinada a la población.
Fuente: EFE