Esperanzado en una "mayoría silenciosa" que contradiga las tendencias que muestran las encuestas, el primer ministro italiano Matteo Renzi afronta los últimos 15 días de campaña para el referéndum del próximo 4 de diciembre como portavoz indiscutido del apoyo a la reforma constitucional que impulsó y que se ha convertido en un plebiscito sobre los primeros 1.000 días de su gestión.

Renzi, que desde que presentó la reforma repitió en varias ocasiones su voluntad de renunciar en caso de que esta fuera rechazada, entra en la recta final de la campaña con las encuestas mostrando una ventaja para el "no" de entre 4 y 10 puntos porcentuales, en un escenario en el que luego de haber reconocido "el error de personalizar el referéndum" trata de correrse del eje de la discusión.

"Soy un boy scout de Florencia de 41 años y no necesito agregar una línea a mi curriculum. No importa lo que hago yo, no importa mi futuro, este referéndum es por nuestros hijos", ratificó este sábado en un acto en Matera, en medio de la campaña con la que recorre Italia.

Casi 35 meses después de haber prometido "dejo la política si no reformo al Senado", Renzi tendrá en dos semanas su primer plebiscito nacional en las urnas, tras haber llegado al poder a través de un acuerdo parlamentario y de haber cosechado con su Partido Democrático (PD) un triunfo en las europeas de 2014 y una derrota en Roma en las municipales de este año.

Es que la sensación de que el 4 de diciembre se evaluará principalmente la gestión de Renzi es cada vez más grande: en esa línea, de acuerdo a un sondeo de Ipsos divulgado este viernes, apenas la mitad de los votantes conoce "en grandes líneas" la reforma, mientras el 31% de los italianos asegura que "no escuchó hablar" de su contenido y un 6% directamente "desconoce la votación del referéndum".

Presentada como una ley que busca reducir los costos de la política, agilizar el proceso legislativo y darle estabilidad a un país que ha tenido 63 gobiernos en 70 años, el eje central de la norma es el nuevo rol del Senado. 

Es que en caso de aprobarse pasará de 315 a 100 miembros, con una reducción importante de sus funciones legislativas (entre ellas la de votar la moción de confianza al gobierno) y, en el punto más criticado por la oposición, los legisladores pasarán a ser elegidos de manera indirecta entre Alcaldes (21) y miembros de los Consejos regionales (74) que se sumarán a los cinco senadores vitalicios que permanecerán.

El oficialismo, con Renzi a la cabeza, hace hincapié en el sistema burocrático del país y pone énfasis en los 500 millones de euros anuales que podría significar el nuevo mecanismo.

"Además, se agilizaría enormemente el tiempo de sanción de cada ley, que hoy tiene un promedio de 30 meses por las funciones casi espejo de ambas cámaras", apuntó a la agencia Télam la "número dos" de la bancada del PD en Diputados, Alessia Morani. 

Si bien cuando presentó la reforma a pocos días de su asunción del 22 de febrero de 2014 Renzi tenía el respaldo total de parte de la oposición, incluido el Fuerza Italia del ex premier Silvio Berlusconi, lo cierto es que más de dos años y medio después el oficialismo no sólo llega sin apoyo fuera del PD, sino que incluso han aparecido voces críticas dentro de la coalición de gobierno contrarias a la reforma.

Por eso, así como el premier se mantiene optimista en vencer al tiempo que ratifica su idea de "no quedarse a flotar" en caso de una derrota, desde la oposición no hay una posición unificada sobre el "día después" si el "no" triunfa y si Renzi renuncia.

Desde el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), por ejemplo, el vicepresidente de Diputados Luigi Di Maio sostuvo ante Télam que pedirán "rápidamente" nuevas elecciones y rechazaron la posibilidad de que se establezca un "gobierno técnico" que complete el mandato de Renzi, previsto hasta 2018.

Fuerza Italia, en tanto, adelantó a través de su referente que buscará sentarse con el resto de la oposición para discutir una nueva ley electoral que permita votar un nuevo premier en caso de renuncia.

"Pero que Renzi continúe hasta que se den las nuevas elecciones", pidió el gobernador de Liguria Giovanni Toti, una postura similar a la que pide el líder de la Liga Norte Matteo Salvini. 

Con múltiples interrogantes abiertas en caso de victoria del "no", el escenario aparece mucho más claro si el premier finalmente logra imponerse: no sólo caminará sin problemas a convertirse en el gobierno de mayor duración de la historia de la república italiana (hoy es el segundo de Berlusconi con 1.409 días) sino que terminará su primer mandato con una estructura que refuerza el poder central.

Es que, más allá de las modificaciones al Senado, la reforma propone la modificación del Titulo V de la Constitución, que regula las relaciones entre el Estado, las regiones, provincias y municipios, con el objetivo fundamental de este capítulo de la reforma constitucional será devolver al poder central ciertas competencias que se habían traspasado a las regiones y la eliminación de las "provincias" como ente administrativo.