El temblor se sintió en el centro del país, en particular Tokio, y también en el norte, según la agencia meteorológica nipona.

El USGS estimó que el temblor se había producido a una profundidad de 303 km. Un temblor provoca más daños cuanto más superficial es.

Varios edificios se movieron por efecto del temblor en Tokio, pero no se señalaron daños hasta el momento.

Trenes locales sufrieron retraso, según la compañía encargada de los enlaces hacia el este, la East Japan Railway.